Demoso - En la ciudad de Demoso, estado de Kayah, al este de Myanmar, la iglesia católica de Nuestra Señora de la Paz, en la parroquia de Dongankha, diócesis de Loikaw, ha sido atacada intencionadamente por el ejército birmano y ha sufrido daños considerables. Es la sexta estructura católica afectada por ataques o incursiones del ejército. Según ha informado a la Agencia Fides un sacerdote de la diócesis, el padre Paul Tinreh, no se han registrado heridos ni víctimas, y la iglesia es una más entre los edificios atacados en la zona: varias viviendas han sido dañadas o quemadas por los bombardeos indiscriminados efectuados ayer, 6 de junio, desde primeras horas de la mañana.
Desde hace semanas, la Iglesia local ha puesto sus instalaciones a disposición de los desplazados que huyen de los bombardeos: junto al complejo eclesiástico, hay una casa de reposo gestionada por las Hermanas de la Reparación en la que se han refugiado, junto a las religiosas mayores, unas 150 personas vulnerables del pueblo de Dongankha, entre ellas mujeres, ancianos y niños. “El párroco también vive con ellos, pero en realidad, no están al seguro. Desde que el estado de Kayah se ha convertido en una zona de guerra, ningún lugar es seguro”, señala a la Agencia Fides el padre Francis Soe Naing, otro sacerdote local.
“Hemos apelado a los militares para que no ataquen las iglesias porque muchas personas, especialmente las más vulnerables, se refugian en ellas. Pero el llamamiento ha caído en saco roto. Una de las razones por las que atacan a la Iglesia católica es que, en colaboración con muchos donantes, la Iglesia católica ha tomado iniciativas de ayuda para más de un tercio de la población total del estado de Kayah que se han visto desplazadas por la fuerza debido a los ataques indiscriminados del régimen militar”, añade el jesuita p. Wilbert Mireh SJ en un mensaje recibido por la Agencia Fides. “Otra de las razones por las que atacan a las iglesias es porque ya no tienen ni un ápice de humanidad ni de corazón”, señala.
En la parroquia de Dongankha, alrededor de la iglesia que fue golpeada ayer, viven unas 800 familias católicas, por un toral de unas 4.600 personas, asistidas pastoralmente por 3 sacerdotes, 2 hermanos religiosos, 4 monjas, 1 catequista y 15 asistentes pastorales voluntarios.
Según la información difundida por la Iglesia local, esta es la sexta vez en dos semanas que las iglesias o institutos católicos de Myanmar son golpeados o afectados por la violencia del ejército. En los últimos días se han visto afectados por ataques: la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el pueblo de Kayanthayar Sur, alcanzada por la artillería que destruyó el lado izquierdo de la iglesia, dejando 4 muertos y muchos heridos; la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, en la diócesis de Phekhon; la Iglesia Católica de San José, parroquia de Demoso; la Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, en la parroquia de Domyalay, una iglesia recién construida y aún no inaugurada; y hay que añadir el asalto al Seminario Mayor Intermedio con el asesinato de un voluntario.
En otro escenario, los medios de comunicación han hablado de una “masacre” en el pueblo de Hla Swe, en la parte occidental de Yangon. La noticia, según fuentes de Fides, ha sido manipulada ya que la situación sigue siendo la misma desde hace semanas. De hecho, señala la fuente de Fides, 3 personas fueron asesinadas por los militares y unas 10 personas fueron detenidas, mientras que más de mil han huido, en acciones militares que sin embargo no constituyen una masacre. Según un sacerdote local, los habitantes de la zona se esconden en las zonas rurales y en otras aldeas pero, debido a los puestos de control construidos por los militares, no es posible enviar ayuda humanitaria. En la zona hay cuatro pequeños pueblos católicos, pero ninguna iglesia ha sido atacada.
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