Belén - El Niño Jesús, nacido en Belén, es "el Príncipe de la Paz", y por este motivo la finalización de los trabajos de restauración en la Basílica de Belén de la Natividad "también se convierte en una llamada a la paz, una exhortación a la paz, un compromiso con la paz. En Tierra Santa, sobre todo se trata de un paz como que es fruto de la justicia, paz alcanzada con dificultad pero tenazmente a través de la disponibilidad a la reconciliación, el respeto mutuo, la voluntad de diálogo, el amor”. Con este llamamiento a la paz en Tierra Santa, ha terminado la intervención del Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad, durante la ceremonia para la presentación de la finalización de la restauración de la Basílica de la Natividad.
La iniciativa, organizada por la Embajada del Estado de Palestina ante la Santa Sede, ha tenido lugar el jueves 6 de diciembre en la Sala de Conferencias de los Museos Vaticanos. El evento, marcado por momentos musicales y la proyección de documentales cortos sobre la campaña de restauración, ha contado con los discursos breves del Ministro de Relaciones Exteriores palestino, Riyad al Maliki, de la Dra. Barbara Jatta, Directora de los Museos Vaticanos, del Embajador del Estado de Palestina ante la Santa Sede, dr. Issa Kassissieh, del Dr. Ramzi Khoury, Director del Alto Comité Presidencial para la Gestión de Iglesias en Palestina, del Padre Ibrahim Faltas ofm de la Custodia de Tierra Santa y del Dr. Gianmarco Piacenti, CEO de la empresa de restauración italiana Piacenti Spa, que se ha encargado de la difícil tarea de restaurar la Basílica.
En su intervención, el cardenal Parolin ha dado las gracias a todos los responsables de la gestión de la Basílica de Belén que en la organización de los trabajos de restauración "han dado un hermoso testimonio de colaboración", y al presidente palestino, Mahmoud Abbas,"que se ha comprometido personalente con el proyecto". La "obra paciente, competente y precisa de renovación", ha remarcado el cardenal, "ha puesto de manifiesto el esplendor de la Basílica de la Natividad. Sin duda los amantes de la historia y el arte estarán complacidos, ya que pueden volver a admirar los tesoros de este monumento, un patrimonio distinguido de la humanidad. Pero, sobre todo, somo los creyentes quienes más nos regocijamos, porque las intervenciones llevadas a cabo con habilidad y amor permiten que ese lugar sagrado tan querido por el cristianismo haga resplandecer aún más el misterio que custodia, el misterio de Dios hecho hombre por nosotros los hombres y por nuestra salvación”.
La restauración de la Basílica de la Natividad, en Belén, comenzó en 2013, y ha contado con la colaboración de las tres comunidades eclesiales que tienen derechos y propiedades específicos sobre la iglesia, regulados por el Status Quo. El trabajo ha involucrado a alrededor de 400 expertos en restauración y personal especializado, para devolver al antiguo esplendor el lugar sagrado que la UNESCO había incluido entre los edificios históricos de culto en riesgo, por el daño que, sobre todo, los agentes atmosféricos habían producido en el techo y en las estructuras de madera que lo soportan.
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