Hassaké – Los casi 230 asirios cristianos que los yihadistas del Daesh tomaron como rehenes a finales de febrero, cuando atacaron las aldeas del valle del río Khabur, todavía están en manos de sus secuestradores. El lugar de su detención, con toda probabilidad sigue siendo la zona de Al-Shaddadi, bastión del Daesh, a 60 kilómetros de Hassaké. Mientras tanto, las condiciones de los secuestradores para la liberación de todos ellos se han suavizado considerablemente. Así lo informa a la Agencia Fides el arzobispo siro-católico Jacques Behnan Hindo, cabeza de la Archieparquía de Hassaké-Nisibis.
“En los primeros intentos de contacto a través de intermediarios - dice el arzobispo siro católico - se hablaba de unas condiciones exorbitantes, que ascendían a 23 millones de dólares para liberar a los prisioneros cristianos”. Ante las respuestas de los que declararon la imposibilidad de recoger tal cantidad exorbitante de dinero, las negociaciones fueron interrumpidas. Pero ahora – añade Mons. Hindo - piden mucho menos. Una cifra que no se puede comparar a la requerida al inicio.
Por lo tanto, ahora, el mayor obstáculo para la liberación de nuestros hermanos asirios ya no es el dinero, sino la dificultad de cómo organizar desde el punto de vista práctico, la fase de la liberación. Para liberar a los rehenes del lugar donde los tienen retenidos y hacerles regresar a Hassaké, servirían al menos cuatro autobuses, que tendrían que pararse lejos de la ciudad, para evitar el peligro de los atentados. En cualquier caso, sería una operación delicada, que de alguna manera habría que acordarla con las fuerzas del ejército sirio y con las milicias kurdas, para evitar contratiempos”. .
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