Ouagadougou - “Es un golpe predecible porque la Guardia Presidencial que ha reinado durante 25 años no ha sido disuelta tras el destitución por la furia del pueblo de Blaise Compaoré, en octubre de 2014, y representaba una especie de espada de Damocles sobre la vida política del país” dicen fuentes de Fides de la Iglesia de Burkina Faso, donde los militares del RSP han asaltado el palacio presidencial de la capital, Ouagadougou, y han depuesto al presidente interino Michel Kafando y a su Primer Ministro, Zida.
El Coronel Mamadou Bamba ha realizado una declaración en la televisión, en la que anuncia que ha puesto fin al “régimen de transición desviado” y que ha iniciado un “diálogo para formar un gobierno que lleve a las elecciones inclusivas y pacíficas”.
“La Guardia Presidencial es una élite, la guardia personal Pretoriana del ex presidente. Después de las elecciones que debían celebrarse el 11 de octubre, lo más probable es que este cuerpo hubiese sido disuelto. Por eso han pasado a la acción ahora” comentan nuestras fuentes, que por razones de seguridad no desean ser citadas.
“Detrás de los hombres de la Guardia Presidencial probablemente están los candidatos que han sido descartados y no pueden presentarse a las próximas elecciones. Provienen del partido del ex presidente y por lo tanto han sido declarados no elegibles”, dicen las fuentes.
“Si las cosas están así, esa parte de la población vinculada al partido de Compaoré podría apoyar el golpe de Estado, porque después de la revuelta de octubre de 2014 se han visto perdiendo sus privilegios”.
“La situación sigue siendo muy incierta. Hay que tener en cuenta también que los miembros de la Guardia Presidencial son de 1.200 a 1.300 hombres bien armados y entrenados. El resto del ejército fue prácticamente desarmado por Campaoré que no confiaba en los militares ordinarios. No sabemos si estos últimos tendrán el deseo y la capacidad de oponerse al golpe de Estado. Luego habrá que ver si la gente saldrá a las calles contra los golpistas”, concluye la fuente.
Los obispos de Burkina Faso habían publicado hace unos días una carta pastoral en la que abogaban por “un cambio de mentalidad para tener elecciones pacíficas, libres y transparentes” .
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