Yangon – Un voto libre y transparente, presagio de una verdadera democracia; y que esté dirigido a candidatos que construyan la paz, la reconciliación, el bien común: son los deseos del cardenal Charles Maung Bo, Arzobispo de Yangon, en un mensaje publicado antes de las elecciones del 8 de noviembre. Se trata de las primeras elecciones libres desde que la junta militar dejó el poder, marcando el comienzo de una nueva era política en el país.“Hace cinco años, un amanecer de esperanza irrumpió en las tierras resecas de la desesperación. Después de décadas de sacrificios de sangre y lágrimas, mis hermanos y hermanas en Myanmar han saboreado la democracia”, señala el cardenal en el texto enviado a la Agencia Fides. Si bien observa que se trata de una “democracia controlada”, aún así ha aportado “cambios alentadores", afirma.
El mensaje continúa: “A través de este apelo, invito a los líderes y al pueblo, a hacer en las próximas elecciones un verdadero ejercicio de democracia. Pero la democracia es un viaje largo y arduo. Gobernadores y gobernados necesitan acompañarse mutuamente en este viaje”.
“El voto es un derecho fundamental en una democracia”, ha dicho el arzobispo, con la esperanza de que la Comisión Electoral trabaje de forma correcta y transparente. Luego se ha centrado en los candidatos, invitándolos a prepararse para “servir a la nación”, que es un “arco iris de tribus y grandes religiones” y no mirar los intereses particulares.
En este sentido, el cardenal identifica las características que deben tener los candidatos, como directrices para los votantes: por lo tanto votar “allana el camino para la reconciliación nacional y la paz”, actuando “la salvaguarda de los recursos naturales del país”, promoviendo el desarrollo integral de niños y jóvenes, la creación de oportunidades de trabajo. Se pone el acento en los que “construyen un sistema económico inclusivo que es útil sobre todo para los más vulnerables”, y un sistema de educación para el beneficio de todos los grupos étnicos. Por último, pide la atención hacia “una cultura de la democracia que promueva activamente los derechos humanos, la libertad de los medios de comunicación”.
“Las elecciones -, concluye - son una gran oportunidad. Que la paz y la justicia fluyan como un río, llevando alegría y felicidad a todas las personas”.
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