Bangui - La situación sigue siendo tensa en Bangui, capital de la República Centroafricana, que ha sido teatro de episodios graves en los últimos días. Fuentes locales han enviado a la Agencia Fides una reconstrucción de los últimos acontecimientos.Durante la noche del viernes, 25 de septiembre al sábado 26, un joven musulmán fue asesinado en un barrio de la capital conocido por ser “cristiano”. El sábado por la mañana, su cuerpo fue llevado a la Mezquita Central de Bangui. La reacción no se hizo esperar: el mismo sábado por la mañana, un grupo de musulmanes entró en el barrio donde fue asesinado al joven y comenzó a disparar salvajemente; causando la muerte a una docena de personas y provocando otros cuarenta heridos.
La población ha comenzado a huir, buscando refugio en los campamentos que siguen abiertos en varias parroquias: hablamos de 3-4.000 personas que han abandonado sus hogares.
En la tarde del sábado 26, las milicias “anti-Balaka” contra atacaron devastando la sede de la radio musulmana; las milicias musulmanas respondieron saqueando los locales de la parroquia cercana de St. Michel y la casa del Pastor Nicolas Guerekoyame Gbangou que volvía de un viaje en el extranjero. Los enfrentamientos continuaron durante toda la tarde provocando más muertos y heridos.
Las fuerzas internacionales de la MINUSCA se han visto sorprendidas por los acontecimientos, no han sido capaces de evaluar el alcance y de reaccionar, limitándose a fortalecer la protección de sus instalaciones y a elevar algunos helicópteros por la tarde para seguir desde arriba lo que sucedía.
Por la noche, fuentes del hospital han realizado una primera evaluación: 21 muertos y 110 heridos, pero la Cruz Roja ha advertido que no ha podido acceder a todas partes para recuperar muertos y heridos por lo que el balance está destinado a empeorar.
Los partidos de oposición se han unido inmediatamente a los “anti-Balaka” para pedir a la gente que ponga en marcha un movimiento de desobediencia civil, que exija la salida de las fuerzas francesas de Centroáfrica, consideradas responsables de todo lo malo que sucede en el país, la reconstitución de las fuerzas armadaa Nacionalwa, la dimisión del presidente y su gobierno y el inicio de una nueva transición. Para ello, han convocado una gran manifestación el 30 de septiembre, y mientras tanto han pedido a la gente que tire piedras a los coches que circulen de la ONU y de las ONG internacionales, acusadas de enriquecerse a espaldas del país sin aportar ayuda real para resolver la crisis.
El Arzobispo de Bangui, Su Exc. Mons. Dieudonné Nzapalainga, a última hora de la mañana del domingo 27 ha visitado los hospitales para llevar su consuelo a los heridos y rezar con los familiares de las victimas. A pesar de las barricadas, todos le han dejado pasar libremente, y sólo a él, consintiéndole el poder realizar su ministerio de Pastor.
Por el momento es difícil hacer análisis y predicciones. Ciertamente, la comunidad musulmana está atravesado un nerviosismo comprensible, que ya se había manifestado levemente a principios de este mes en la capital y con incidentes más graves en el país, especialmente en el centro y en el norte . De hecho, el censo de la población en las zonas musulmanas ha comenzado con mucho retraso , y muchas fuerzas políticas no lo apoyan, escondiéndose detrás del pretexto de la falta de seguridad. Los próximos días nos dirán si el Gobierno y la MINUSCA sabrán tomar en mano la situación y si podrán tranquilizar a la población o si esta preferirá seguir a aquellos que llaman a la movilización hacia un futuro oscuro, lleno de más derramamiento de sangre.
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