La Habana – Durante la reciente Asamblea plenaria extraordinaria del Episcopado cubano, que se ha celebrado del 14 al 18 de junio en la Habana, se han debatido varios temas, como informa la nota recibida en la Agencia. En particular se ha debatido sobre la invitación por parte del Santo Padre Francisco, para toda la Iglesia, de un proceso sinodal que vaya “desde abajo hacia arriba”, involucrando a la totalidad del pueblo de Dios. Los Obispos de Cuba han analizado también la vida de las comunidades católicas y del pueblo cubano, en este período marcado por la pandemia y por un agravamiento de la situación económica de la nación, con sus inevitables consecuencias para el tejido social, compartiendo iniciativas y experiencias para afrontar tales desafíos.
Los obispos se han detenido a considerar la problemática familiar y se han hecho eco de las preocupaciones de tantas familias, católicas o no, que se han dirigido a los Pastores pidiendo una palabra de iluminación y esperanza. Por ello los obispos han publicado un mensaje dirigido a las familias cubanas que motiva la reflexión e invita a la confianza.
Invocando la protección de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, en su mensaje, los obispos dan gracias a Dios “por los cubanos que saben cuidar a su familia; y por las madres y los padres que reúnen alrededor de una misma mesa a todos sus hijos, aunque tengan diferentes maneras de pensar. Damos gracias a quienes hacen lo imposible con tal de mediar en los naturales conflictos que surgen entre padres, hijos, yernos y nueras. Damos gracias a nuestros mayores por haber defendido la vida desde la concepción hasta la muerte natural, y por darnos el ejemplo de haber tenido, con menos recursos, varios hijos”. Al mismo tiempo, los obispos citan “a tantos que no solamente se preocupan por los suyos, sino también por otras familias o personas en dificultad”, como el vecino que necesita una medicina, o de los ancianos que viven solos; o del matrimonio que se está rompiendo, para tratar de salvarlo; o de la compañera de trabajo que requiere ayuda para llevarle algo a su familiar preso o ingresado en el hospital o como del joven que está cayendo en la trampa del alcohol y las drogas. “Por todos esos que hacen el bien en silencio, damos gracias a Dios”.
Tras reconocer con satisfacción que en el país se han aprobado leyes para proteger a la familia, los obispos señalan “con pesar que las familias cubanas vienen sufriendo diversos embates: encontrar el alimento diario se ha hecho cada vez más difícil, se pierde un tiempo precioso en las colas, con grandes riesgos por el posible contagio con el Covid-19; escasean las medicinas necesarias, han aumentado en modo considerable los precios de los servicios básicos, y el salario sigue sin alcanzar para que tantos vivan con dignidad. El desaliento y la incertidumbre respecto al futuro provocan el deseo de emigrar, sobre todo en los jóvenes, hipotecando el futuro de Cuba”. Además, persisten entre nosotros una mentalidad anti-natalidad y el aumento del número de uniones afectivamente frágiles, divorcios y abortos. Faltan las viviendas para los matrimonios jóvenes y crece la población de las cárceles. “Los Obispos deseamos que todos, como ciudadanos, nos impliquemos con mayor eficacia en la solución de estos males”.
A esta compleja situación que vivimos como pueblo se añadió, en días recientes, la publicación por el Ministerio de Educación de la Resolución 16/2021 sobre la “ideologia de género” y sobre la “educación sexual” ha generado un sinnúmero de declaraciones, inquietudes, opiniones y críticas ya que podría “establecerse en nuestro país, alejándonos de nuestra historia y tradición cultural”. Con la esperanza de que se realice “un debate amplio y participativo, donde todos tuvieran la oportunidad de ser adecuadamente informados y manifestar sus opiniones al respecto”, el mensaje cita cuanto ha escrito al respecto el Papa Francisco en “Amoris laetitia” .
Los obispos cubanos por tanto, consideran “necesario e indispensable” que: Se reconozca y respete el derecho primario e intransferible que tienen los padres de educar a sus hijos, el cual debe tenerse en cuenta en todas las formas de colaboración entre padres, maestros y autoridades escolares; se imparta la educación sexual bajo la tutela de los padres, pues es su responsabilidad; los padres y madres cubanos cumplan con su deber, que ellos puedan escoger para sus hijos el estilo pedagógico, los contenidos éticos, cívicos y, si lo desean, la inspiración religiosa con la cual los quieren formar.
“Es nuestro deber – afirman los obispos - pedir que se reconsidere el contenido de la Resolución 16/2021 del Ministerio de Educación, por no tener en cuenta suficientemente el derecho de los padres en la educación sexual de sus hijos, y también por las graves consecuencias en la formación de niños, adolescentes y jóvenes, al oficializar el avance de la “ideología de género” en el sector de la educación, tan sensible en la formación de la personalidad”.
El mensaje se concluye recordando que “nos corresponde a todos, aunque sobre todo a ustedes los padres, promover y testimoniar la belleza y la alegría del matrimonio creado y querido por Dios. Por tanto, no nos desanimemos cuando, en ocasiones, todo a nuestro alrededor parezca ir contra la institución familiar. No perdamos las fuerzas cuando haya que nadar contracorriente. Enseñemos a los matrimonios jóvenes a trabajar juntos y a cuidar su familia”.