Lahore - El mal uso de la ley antiblasfemia en Pakistán continúa, siendo “poco probable que se pueda modificar la normativa para evitar este tipo de abusos”, asegura en una nota recibida por la Agencia Fides, el periodista paquistaní Tehreem Azeem, quien recuerda que esta ley sigue siendo usada como un instrumento para resolver disputas personales, acusar falsamente a alguien y generar ataques masivos o linchamientos.
Desde 1990, 70 personas han sido linchadas hasta la muerte en Pakistán por supuestos cargos de blasfemia, mientras que otras 40 han fallecido o están cumpliendo cadena perpetua por cargos de blasfemia.
Entre las víctimas, hay miembros de minorías religiosas, como el caso sucedido en una ciudad musulmana en el distrito de Gujranwala, donde el joven cristiano Farhan Aziz, de 26 años, fue acusado de blasfemia contra el profeta Mahoma y fue arrestado el 2 de agosto pasado. Poco después, los miembros del partido “Tehreek-e-Pakistan Labaik” rodearon la única calle en la ciudad donde viven los cristianos, amenazando con atacarlos y provocando la huida de muchos de ellos.
Otro caso reciente ha causado también estupor. Un artista de Lahore, Qutub Rind, que expuso su obra en Punjab, murió después de falsas acusaciones de blasfemia tras una discusión con el propietario de la vivienda donde se hospedaba. Varios hombres lo golpearon, fracturándole las extremidades y lanzándole desde un tercer piso. Cuando llegó la policía esgrimieron que lo habían hecho en virtud de la ley antiblasfemia.
La Comisión Especial de Derechos Humanos del Senado de Pakistán ha recomendado que los autores de falsas acusaciones de blasfemia reciban la misma pena impuesta a los que cometen blasfemia. Es el nuevo gobierno de Imran Khan, que ganó las recientes elecciones generales, el que debe dar el paso que le piden las organizaciones que agrupan a minorías religiosas y la sociedad civil. Le solicitan un compromiso para aprobar enmiendas a la ley antiblasfemia que impida su instrumentalización para uso personal.
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