Abuja - “Observamos con gran consternación que la violencia que hemos denunciado en pasado continúa sin cesar”, denuncian los obispos nigerianos en una declaración publicada al finalizar su Segunda Asamblea Plenaria celebrada en Sokoto del 6 al 14 de septiembre.
“Vemos con profunda tristeza el modo en que los indefensos nigerianos son brutalmente masacrados, debido a diferencias religiosas y políticas, disputas territoriales y otras razones”, afirma el documento recibido en la Agencia Fides. “Notamos que el gobierno suele ser lento en responder a la violencia y, a menudo, permite que muchos de los perpetradores de estos crímenes atroces queden impunes, creando así una cultura de la impunidad”, escriben los obispos expresando su “más alta condena por estos crímenes” y pidiendo “al gobierno que defienda la vida y la propiedad de cada ciudadano nigeriano”. Los Obispos también defienden la causa “de miles de compatriotas desplazados para que se les ayude a regresar a sus hogares y se les devuelvan sus tierras lo antes posible”.
El comunicado también pide “a todos los niveles del gobierno que respeten los derechos de los ciudadanos y de los grupos a practicar su propia religión sin impedimentos”. “En este espíritu, los gobiernos deberían permitir que los grupos religiosos compren terrenos para la construcción de lugares de culto, escuelas, hospitales y centros de asistencia social cuando les surge la necesidad. Al mismo tiempo, instamos a todos a evitar actos de fanatismo religioso y en lugar de esto a promover la coexistencia pacífica y la armonía. La religión es una cuestión de convicción, no de coacción”.
Por último los obispos lanzan un llamamiento por la liberación incondicional de Leah Sharibu, una estudiante secuestrada en febrero, en Dapchi, junto con algunas de sus compañeras por una facción de Boko Haram. Mientras sus compañeras fueron liberadas tras cuatro semanas, Leah Sharibu, de 15 años de edad, todavía está prisionera porque se negó a renegar de la fe cristiana.
“Pedimos que el gobierno federal garantice la liberación incondicional de Leah Sharibu. Ella todavía está prisionera porque se negó a abjurar de la fe cristiana” afirman los obispos. También exigimos que el gobierno federal garantice una liberación segura de las niñas secuestradas en Chibok que aún siguen prisioneras y de todas las demás personas detenidas contra su voluntad. Instamos a sus familias a permanecer firmes en la oración y ano perder la esperanza, asegurándoles nuestras oraciones”.
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