Managua – Las paredes de la Catedral Metropolitana de Managua se recubrían con las palabras "Curas golpistas" o "sacerdotes asesinos", firmado por el FSLN . Es otro ejemplo que demuestra la tensión existente en el país: frente a las protestas populares de los ciudadanos, el gobierno envía grupos de extremistas militares o difama a la Iglesia Católica. El rector de la catedral, el padre Luis Herrera, explicó que cada vez que pasan los manifestantes partidarios del gobierno, por la carretera de Metrocentro a la colina Tiscapa, los manifestantes gritan siempre obscenidades y ahora no es de extrañar que se hayan atrevido a pintar las paredes de la iglesia.
Desde el 20 de abril, la catedral de Managua ha sido un refugio para cientos de jóvenes que habían sido atacados por partidarios del Gobierno y de la policía nacional, los actos de intimidación y descrédito contra la Iglesia nunca se han detenido. En esa ocasión, otros jóvenes habían llegado al templo con la ayuda humanitaria católica para los estudiantes universitarios que protestan contra la reforma de la ley sobre la seguridad social, pero el régimen les habían atacado brutalmente para evitar que ayuden a los que estaban en las universidades. Los orteguistas dispararon balas de plomo, balas de goma y gas lacrimógeno también en la iglesia .
La situación comienza a preocupar a toda la comunidad católica, y no solo. Fides recibió hace muy poco un mensaje del obispo Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, que decía: "Mi hermano, monseñor Jorge Solórzano, Obispo de Granada, acaba de confirmar la falta de respeto de los grupos de gobierno, que entraron al templo de La Merced con violencia durante la celebración de la misa dominical. Mi solidaridad con él y esta querida diócesis".
Desafortunadamente este no es un caso aislado: Padre Edwin Román, pastor de la iglesia de San Miguel, en Masaya, informó que la tarde de ayer, domingo, el Comisarío Ramón Avellán, el nuevo subdirector de la Policía Nacional, junto con muchos policías antidisturbios y simpatizantes sandinistas, se pararon frente a la iglesia con un megáfono cuando se celebraba la misa.
El sacerdote, de acuerdo con los mensajes de Fides, a eso de las tres de la tarde, fue personalmente a pedir al Comisarío Ramón Avellán de bajar el volumen del altavoz, que transmitía música a favor del partido en el poder, ya que perturbaba el servicio religioso. La respuesta fue un golpe, un empujón violento y una agresión verbal contra el sacerdote.
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