Rosario - La parroquia de María Reina, en la ciudad de Rosario y la escuela justo delante de la iglesia recibieron más de diez disparos en la madrugada del domingo, a las 4 de la mañana. Como recibido por la Agencia Fides, se trata de un mensaje claro de intimidación, fácil de conectar con la denuncia que el sacerdote Juan Pablo Núñez había puesto en las últimas semanas, denuncia de la situación de extrema violencia que sufren los vecinos del Barrio Larrea, debido a la presencia del crimen vinculado a los narcotraficantes.
El párroco, que trabaja en la zona desde hace cuatro años y medio, había advertido a las autoridades de la terrible situación del tráfico de drogas que se ha apoderado de las calles del barrio. En las últimas semanas, el sacerdote había lanzado un llamado a través de los medios de comunicación: aparentemente, al grupo criminal no ha gustado este tipo de denuncia y la exposición del sacerdote, pasando a la advertencia armada. Hace apenas un mes, informa la nota enviada a la Agencia Fides, el padre Núñez se había dirigido a las autoridades del Ministerio de Seguridad, solicitando una pronta intervención.
El domingo 23 de septiembre, el párroco celebró misa frente a los fieles, sorprendidos y conmocionados al ver algunas balas aún en el altar. "El impacto de las balas en la gran puerta de entrada es muy visible, pero algunas balas llegaron hasta el altar directamente", dijo el sacerdote.
Después de ser nombrado párroco, Juan Pablo Núñez abrió un centro de recuperación para jóvenes con problemas de drogas y fue amenazado varias veces. Después de numerosos actos de intimidación, tuvo que cerrar el centro porque los jóvenes tenían miedo o eran amenazados por los narcos. El sacerdote había compartido con los fieles la idea de volver a abrir el centro para tratar de "salvar a los adolescentes de este flagelo", pero como informan algunas fuentes de Fides, tal vez los rumores también llegaron a los grupos criminales vinculados con el tráfico de drogas que infestan la zona. De ahí las nuevas advertencias violentas contra la iglesia.
En Rosario, el problema de las drogas se ha vuelto muy serio. Durante muchos años, el área se ha transformado de "zona de comercio" a "zona de consumo", arruinando la vida de muchos jóvenes que buscan desesperadamente una manera de ganarse la vida. Rosario es conocida como la ciudad de los "niños soldados" de las drogas y el crimen .
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