El Alto – "Una democracia sin respetar ni escuchar a la gente puede llevar al autoritarismo que, en modo hipócrita, gobierna y legisla para defender su poder y los intereses parciales en lugar del bien común". Esta es la admonición de mons. Eugenio Scarpellini, obispo de El Alto y director nacional de las Obras Misionales Pontificias, durante la homilía del domingo, 2 de septiembre. Según el obispo, en Bolivia "a través de presiones externas o de grupos influyentes y de gran alcance, quiere imponer leyes y prácticas contrarias a la vida, familia y al uso sostenible de los recursos naturales".
Tomando inspiración de las palabras de Jesús en el Evangelio del domingo, "no vine para eliminar, sino para cumplir " , mons. Scarpelliini se preguntaba si la fidelidad a los mandamientos del Señor "sale del corazón", es "un mero legalismo superficial” o, aún peor, es "una instrumentalización de la ley del Señor para justificar nuestras malas acciones".
Citando las lecturas, el obispo señaló que "guardar los mandamientos es la esencia de la libertad de Israel y de su existencia como pueblo" y como resultado, el apóstol Santiago nos invita a poner en práctica la palabra sembrada en cada uno de nosotros. "Una religión pura y sin mácula delante de Dios nuestro padre es ésta: auxiliar a los huérfanos y a las viudas en su aflicción y mantenerse puros de este mundo. Esta es la conversión que pide a Jesús, quien en la vida pública es acusado de no observar la ley de Moisés, de instigar a la traición y de no pagar los impuestos”, dijo mons. Scarpellin.
Como los fariseos trataron de "silenciar la verdad, hoy, también nosotros podemos silenciar a quien nos dice la verdad y la defiende con coherencia y valentía. Pero siempre habrá algún profeta que levantará la voz en defensa de sus hermanos y de su dignidad como hijos del Padre…A pesar de las muchas y nuevas reglas al servicio de la transparencia o de la reforma judicial, todos los días escuchamos noticias que hablan sobre la corrupción y la aplicación desigual de la justicia: con bastonazos para algunos y los “falta” de motivos para juzgar -evidenciando ocultamiento y protección- a otros", sostiene el obispo.
Pero Jesús denuncia la hipocresía de los fariseos que "honran a Dios con sus labios, pero que tiene su corazón lejos de él. El Señor "cambia el significado de la ley, de los labios al corazón". De allí viene todo pecado y de allí puede también venir "la justicia, la rectitud, el rechazo de la calumnia y de la corrupción, y el amor a la verdad y al hermano", agrega.
Mons. Scarpelliini concluye con las palabras que papa dirigió a los movimientos populares, en 2015, durante su visita a Bolivia: "Ustedes son sembradores del cambio. Aquí en Bolivia escuché una frase que me gusta mucho: 'proceso de cambio'. El cambio concebido no como algo que un día vendrá porque se ha impuesto esta o aquella opción política, o porque se ha establecido esta o aquella estructura social. Dolorosamente sabemos que un cambio de estructuras que no van acompañados de una sincera conversión de actitudes y de corazón, termina antes o después por burocratizarse, corromperse o sucumbir. Es necesario cambiar en el corazón".
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