Túnez - “En las playas donde fueron asesinados los turistas, el pueblo tunecino ha querido hacer un lugar de vida y no de muerte”, dice el padre Jawad Alamat, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Túnez. El país tiene que enfrentarse a las consecuencias del atentado al resort de Sousse, del 26 de junio, que provocó unas cuarenta víctimas, en su mayoría turistas extranjeros .
“Ha sido un golpe duro, pero los tunecinos están multiplicando las iniciativas para decir no a la violencia, y para demostrar que el terrorismo no prevalecerá”, comenta el padre Jawad, quien también es párroco de Sousse. “En la playa de Sousse, el sitio del atentado, el próximo fin de semana miles de tunecinos irán allí para romper el ayuno del Ramadán. Con la finalidad de decir, a aquellos que quieren paralizar Túnez, que los tunecinos no cederán y que la vida es más fuerte que la muerte”, dice el sacerdote.
Mientras tanto, el Gobierno de Túnez ha anunciado medidas de seguridad para evitar nuevos atentados. “Se han reforzado las medidas de seguridad”, confirma el p. Jawad. “Vemos muchos más policías en las calles. Las autoridades se preocupan de la seguridad de todos”.
El turismo, un sector clave de la economía tunecina, ha sido golpeado fuertemente por el atentado, pero como ha dicho el padre Jawad, “se están haciendo enormes esfuerzos para salvar la temporada, bajando los precios hasta niveles increíbles. Desafortunadamente la temporada ha quedado parada el turismo extranjero, por lo que se está tratando de promover el turismo interno y el de los tunecinos residentes en el extranjero”.
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