NEWS ANALYSIS/OMNIS TERRA - Misioneros en Taiwán: “Como enanos a hombros de gigantes”

En Taiwán, más que de “la misión de la Iglesia”, se puede hablar de “la Iglesia de la misión”. De hecho, al vivir en una realidad tan “ignorante” de Cristo es casi imposible concebir la misión como algo extrínseco, como un deber que cumplir. Es mucho más natural concebirla como lo que realmente es: una identidad para ser vivida.

La República de China, conocida por la mayoría como Formosa o Taiwán, es una isla tropical ubicada al sureste de China, un poco más grande que Sicilia, con montañas de hasta 4.000 metros de altura y con unos 23 millones de habitantes. Tierra de lengua y cultura china, la historia política de Taiwán es bastante compleja, hasta el punto de hacer de la isla de Formosa uno de los casos más complejos de la política internacional actual. En su constitución conserva el antiguo nombre de República de China , nacido de las cenizas del imperio milenario que se desintegró en 1912. Al final de la guerra civil china ,entre las tropas comunistas de Mao Ze Dong y las nacionalistas del generalísimo Chiang Kai Shek, este último, derrotado, se refugió en la isla de Formosa estableciendo en Taipei la nueva capital de la República de China a la espera de poder recuperar el control de la totalidad de los territorios caídos en manos comunistas. Por otro lado, el gobierno de Beijing nunca ha dejado de reclamar sus derechos sobre esta “isla rebelde”, haciendo del lema “liberemos a Taiwán” uno de los mantras de su retórica política

La Iglesia católica ha estado oficialmente presente en la isla desde hace poco más de 150 años a pesar de que los primeros misioneros desembarcaron en “la hermosa isla”, de ahí Formosa, en el siglo XVI. Somos una pequeña minoría: los católicos son poco más del 1% de la población, mientras que los cristianos en total alcanzan alrededor del 4%
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