Tegucigalpa – "Evangelizar no es solo anunciar la alegría del Evangelio, sino también denunciar todo lo que niega la vida, lo que dificulta el desarrollo de la persona y de la comunidad. Esto tiene profundas y graves repercusiones sociales y políticas, contra las cuales nosotros los obispos, como pastores , no podemos permanecer indiferentes ": así lo afirma la Conferencia Episcopal de Honduras , en su mensaje publicado para el Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019.
Los obispos presentan su análisis de la realidad del país: "Con profunda tristeza vemos cómo el flagelo del narcotráfico, como lo llama el Papa Francisco, que puso fin a tantas vidas y que cuenta con el apoyo de hombres sin escrúpulos, es una realidad que ha permeado las instituciones de nuestro país y, en consecuencia, ha provocado un deterioro acelerado de la imagen de nuestra nación ". Luego indica a los responsables de esta situación: "De esta realidad, los políticos son culpables, quienes de acuerdo con el crimen organizado, quienes habían olvidado que la ética los hace custodios del bien común y no de sus intereses personales".
Con referencia al ejercicio de la política, el documento afirma: "Nuestra política vernácula se ha caracterizado por la costumbre de ignorar al pueblo directamente, hablar en su nombre y termina haciendo pactos que no benefician al pueblo de ninguna manera". "Nos duele mucho decir que lo que más exporta Honduras son seres humanos movidos por la esperanza de una vida mejor, pero es una esperanza frustrada cuando vemos a los 87,337 hondureños deportados solo en el 2019".
Por lo tanto, los obispos piden trabajar por la justicia, la paz y el bien común del país: "Necesitamos una revisión de los valores morales, de la disposición de todos para servir fielmente a la ley. Necesitamos una justicia que nos permita construir un país con equidad y que nos ayude a superar esta dolorosa página de la historia nacional, afectada por la carga del narcotráfico, la corrupción, la impunidad y el abuso de poder ".
El texto, firmado por la presidencia de la CEH, concluye con una invocación: "Le pedimos a Dios nuestro Señor, por intercesión de Nuestra Señora de Suyapa, Patrona de Honduras, que nos ilumine y nos dé la fuerza para cuidar, respetar y promover la vida. "la vida que nos permite compartir como hermanos, este país que debemos asumir como nuestro, porque su presente y su futuro son responsabilidad de todos".
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