Kroměříž - Promovido por la Dirección Nacional de las Obras Misionales Pontificias de la República Checa, el 5 de octubre se celebró en Kroměříž el VII Congreso Nacional Misionero de niños de la Pontificia Obra de la Santa Infancia, en el marco del Mes Misionero Extraordinario. Como Olga Loučková, directora diocesana de las OMP de la Arquidiócesis de Olomouc, señala en la nota enviada a la Agencia Fides, estos congresos se celebran cada tres años y este año fue el turno de la archidiócesis de Olomouc. El programa del día corrió a cargo del grupo de la Santa Infancia, "Little Mission Club", de la escuela primaria en Kroměříž. Participaron en la prepración de la jornada los profesores, los niños y sus padres. Los feligreses de la parroquia de la Virgen María también ayudaron.
A las 10 de la mañana, el arzobispo de Olomouc, monseñor Jan Graubner, que también está a cargo de las misiones a nivel nacional, comenzó la santa misa, concelebrada por los sacerdotes que acompañan a los Pequeños Clubes Misioneros en la República Checa. Después de la homilía, el arzobispo dio la bienvenida a ocho nuevos miembros que se unieron a la Santa Infancia. Después de recibir sus promesas de compromiso, los bendijo y les colgó una pequeña cruz en el cuello. Luego el director nacional de las OMP, el diácono Leoš Halbrštát, se puso un pañuelo misionero en los hombros. Durante la procesión de ofrendas, los niños llevaron al altar símbolos de cada continente.
Después de la celebración, los niños viajaron a través de los continentes con el "Gran Juego Misionero" a través de numerosas actividades, concursos y juegos relacionados con los diferentes continentes. Entre otras cosas, intentaron comer con palos o alimentar a otra persona, o confiar el uno en el otro cuando uno tiene los ojos vendados, o ponerse de acuerdo sobre cómo moverse con las piernas atadas. En cada stand hubo una actividad que ilustró el lema del congreso: "Gran poder de las pequeñas acciones".
Por la tarde hubo una pequeña representación teatral sobre la vida de niños de diferentes partes del mundo. Luego un voluntario salesiano habló de su servicio misionero en México donde pasó dieciocho meses.
Lo más destacado del día fue plantar un árbol en el jardín para conmemorar el séptimo Congreso de la Infancia Misionera. Desafortunadamente, llovía mucho y solo un pequeño grupo de los más de 300 niños inscritos en el Congreso pudo asistir. El arzobispo, que participó durante todo el día, fue el primero en coger la pala y ayudar a plantar el abedul. El arzobispo bendijo el árbol y, junto con el director nacional de las OMP, concluyó oficialmente el séptimo Congreso Nacional Misionero de la Santa Infancia.
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