Ashgabat – “Todo el pontificado del Papa Francisco está al servicio de las periferias. Este despertar misionero es positivo y necesario para toda la Iglesia”, explica el padre Andrzej Madej, de los Oblatos de María Inmaculada , Superior de la Missio sui iuris de Turkmenistán hablando del Mes Misionero Extraordinario que culminó el domingo 20, Jornada Misionera Mundial.
En este mes especial ha llegado a la Capilla de la Transfiguración del Señor de la capital Ashgabat un tercer sacerdote de los Oblatos, para apoyar al padre Madej y al hermano Rafal Chilimoniuk. El nuevo religioso en este primer período de misión se dedicará a aprender el idioma turcomano. A este respecto, el Superior de la Missio sui iuris explica: “Siempre hemos llevado a cabo nuestra misión usando el ruso, pero hoy ya no es suficiente porque cada vez hay menos personas que hablan este idioma. Quienes vienen a la ciudad desde el campo o desde pequeños pueblos hablan turcomano”.
“Este es un paso que nos da alegría y esperanza porque conocer el idioma local abrirá una nueva época en esta misión. Por fin habrá alguien que pueda entrar de lleno en el idioma y cultura de estos pueblos. Significa además un futuro para la misión aquí en Turkmenistán donde representamos una comunidad muy pequeña, pero poco a poco seguimos confiando en la gracia de Dios que no nos abandona”, concluye el padre Madej.
Turkmenistán tiene 5 millones de habitantes de los que el 90% son musulmanes. La Iglesia Católica renació con la Missio sui iuris establecida por Juan Pablo II en 1997. Durante trece años, la presencia de los Oblatos fue admitida solo como una representación de la Embajada del Vaticano. Al principio los encuentros se celebraban en casas particulares y la misa se celebraba en el territorio diplomático de la Nunciatura Apostólica de Ashgabat. En 2010, el gobierno turcomano reconoció oficialmente la presencia católica.
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