Matagalpa – El Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez, ha denunciado que, a través del Ministerio de Educación Pública, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo prohíbe la celebración de misas en las escuelas públicas de Nicaragua para los estudiantes de los últimos grados, al finalizar el año escolar, como siempre han hecho, y confirmó el despido de dos maestros en Ciudad Darío por facilitar la participación de bandas de música escolar en eventos religiosos.
"Con respecto a las misas, en muchas escuelas se están prohibiendo, pero son los padres y los estudiantes quienes deciden, son ellos quienes tienen la última palabra, y no los directores de las escuelas que las prohíben", dijo el Obispo el 17 de octubre, durante Un programa de reflexión y oración que conduce en el "Canal Catolico", una red de televisión nicaragüense.
"Al principio no quería creerlo, pero esto está sucediendo en muchas partes de Nicaragua, e incluso me gustaría hacer un llamamiento serio al Ministerio de Educación para que reconsidere esta situación", insistió el obispo, según las noticias enviadas a la Agencia. Fides. "Es una falta de respeto para los estudiantes y la comunidad escolar, porque al final del año quieren agradecer a Dios por el año que pasaron con una misa", reiteró, y continuó: "Digo aún más, es una falta de respeto para la libertad de culto ".
El obispo, siempre hablando en el canal de televisión, agregó que esto no hace más que crear más tensión entre los estudiantes y el gobierno. Luego concluyó diciendo que "es realmente triste saber que dos maestros han sido despedidos por permitir que la banda de música de la escuela toque en la fiesta de San Miguel Arcángel, como sucedió en Ciudad Darío".
La población nicaragüense aún espera que las negociaciones internacionales reanuden las propuestas de la Mesa de Diálogo Nacional. Mientras tanto, no faltan iniciativas de solidaridad con los presos políticos, que permanecen detenidos en los cuarteles o en las cárceles en espera de juicio. Ayer, muchas comunidades en todo el país, particularmente en Managua y Masaya, organizaron una recolección de alimentos para presos políticos, y escogieron las parroquias como centros de recolección. La población respondió con gran generosidad, a pesar de que los policías presidían las parroquias.
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