Manila – Ayudar a personas apátridas, víctimas de un “fenómeno global inquietante” que afecta a miles de niños filipinos. Es el llamamiento realizado por la Comisión Episcopal Católica para la Atención Pastoral de los Migrantes, enviada a Agencia Fides. El sacerdote scalabriniano, el padre Restituto Ogsimer, Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal para migrantes e itinerantes, afirma que “los fieles deben defender los derechos de los apátridas”. Mientras el mundo busca respuestas y soluciones para el fenómeno de los solicitantes de asilo y los refugiados, “la Iglesia busca y debe seguir encontrando formas de ayudar a los niños apátridas”.“Como miembros de la Iglesia de Cristo estamos llamados a actuar ahora, a buscarlos y extender nuestras manos para cuidarlos, abrazarlos y hacer que se sientan amados, reconociendo su existencia entre nosotros”, asegura Ogsimer en el mensaje publicado con motivo de la Jornada Nacional de los Migrantes que la Iglesia celebra el 10 de marzo en Filipinas.
Según Ogsimer, el fenómeno de la apatridia constituye un serio desafío para la Iglesia hoy en día, ya que se necesita urgentemente una campaña enérgica para mantener la atención sobre el tema. “Se necesitan políticas y las leyes reconozcan y promuevan un tratamiento correcto y respondan a las necesidades materiales básicas de las personas apátridas, especialmente en el caso de los niños y los jóvenes”, asegura.
Según las estadísticas internacionales, hay 3,7 millones de apátridas en 78 países, mientras que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados estima que al menos 10 millones de personas en el mundo podrían ser apátridas.
En el estado de Sabah, en Malasia, se cree que más de 10.000 niños nacieron de padres inmigrantes filipinos que trabajaron en el país sin la documentación adecuada. La ley de inmigración de Malasia no garantiza el estatus legal de los hijos de inmigrantes. “Estos niños no están registrados y ahora están en un estado de apatridia, lo que los pone en una situación muy vulnerable”, señala Ogsimer a Fides. “Por ejemplo, ni siquiera pueden inscribirse en una escuela pública para recibir una educación adecuada, y no tienen acceso a la atención médica básica”, apostilla.
A partir de 2015, alrededor del 40% de los apátridas del mundo, más de 1,4 millones, viven en el sudeste asiático. Desde 1987, los obispos filipinos han comenzado a celebrar al Jornada Nacional de los Migrantes para promover la concienciación en la Iglesia y la sociedad sobre temas relacionados con la migración de filipinos en el extranjero, que son más de 10 millones .
El evento destaca el esfuerzo de la Iglesia por ayudarlos a enfrentar los efectos de la migración en las familias y en sus vidas a causa de la emigración para buscar un futuro mejor.
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