Kagoshima – “La situación actual en el noreste de Asia es muy preocupante. Los países de Asia del Norte están buscando estabilidad y prosperidad a través del poder militar, formando alianzas con otras grandes potencias del sistema político. Esto crea amenazas y ansiedades en todas las naciones y genera tensiones de seguridad en todos los países. Nosotros. Nosotros, los obispos de Corea del Sur y Japón, hacemos un llamamiento para expresar nuestro deseo de paz para el noreste de Asia”. Estas son las palabras de la declaración conjunta de los obispos de Japón y Corea del Sur, enviada a la Agencia Fides, como conclusión de la reunión conjunta entre los obispos de las dos naciones, celebrada en Kagoshima del 14 al 16 de noviembre. Se trata de la 23ª asamblea conjunta entre los prelados, quienes regularmente celebran una reunión anual para fortalecer los lazos de cooperación mutua y solidaridad y para ayudar a construir la justicia y la paz en Asia oriental.
En la nota de los obispos se expresa su satisfacción por la reunión que “desde hace 23 años ayuda a reflexionar sobre la desgarradora historia de los dos países y a construir un futuro brillante de la reconciliación” además de explicar que han “profundizado en nuestra relación e intercambiado aspectos sobre economía y cultura”.
Los obispos expresan “sincera esperanza por la paz en el noreste de Asia”, rechazando cualquier posible idea de guerra: “Dios nos exhorta a erradicar en todos la convicción equivocada de que la paz puede garantizarse con armas nucleares o con la militarización. Estos métodos, por el contrario, solo aumentan el riesgo de guerra. Quisiéramos enfatizar el principio expresado en Pacem in Terris de Juan XXIII, que enfatiza que “la paz verdadera solo puede construirse en la confianza mutua”, sin contar con arsenales . Además, los pobres y el medio ambiente continúan sufriendo, mientras que sumas astronómicas de dinero se gastan en armas. Por amor de Dios y de toda la humanidad, todos, especialmente los líderes de las naciones, deben hacer todo lo posible por dialogar en pro de la paz: ¡tienen una gran responsabilidad en la paz mundial!”.
La declaración recibida en la Agencia Fides concluye: “La violencia es una forma demencial de socavar la dignidad humana y causar consecuencias desastrosas para toda la humanidad. Cualquier tipo de violencia puede superarse solo a través de la confianza, el amor y la solidaridad entre los humanos. Nosotros, los obispos coreanos y japoneses, nos comprometemos con la paz viviendo activamente en el amor fraterno, confiando nuestra esperanza en el poder de Dios, no en el poder militar”.
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