Kinshasa - 56 personas han sido asesinadas durante las manifestaciones públicas y las reuniones en la República Democrática del Congo entre abril y octubre de este año. Lo denuncia el informe “Monitoreo de las manifestaciones y de las reuniones públicas”, elaborado por 200 observadores encargados por la Conferencia Episcopal Nacional del Congo .
"Manifestaciones y reuniones públicas organizadas por la oposición política, por las organizaciones de la sociedad civil y los movimientos cívicos que no son parte del gobierno han sido sofocadas, prevenidas, prohibidas y dispersadas por la policía con el uso de gases lacrimógenos, y con balas reales. El resultado ha sido al menos 56 personas fallecidas, de las cuales 52 por los disparos con balas, una por el gas lacrimógeno", ha decalrado Donshen Nshole, Secretario General de CENCO, el 20 de noviembre en Kinshasa, presentando el informe a los políticos y al clero.
La CENCO denuncia una violación de los derechos humanos en un país que aún está en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. “Hay una ambigüedad en la ley sobre la organización de manifestaciones públicas y reuniones, porque las organizadas por los interlocutores del gobierno siempre han sido pacíficas”, agrega el secretario general de la CENCO.
Durante el mismo período, se registraron 355 detenciones de manifestantes y organizadores, y varios actos de vandalismo: una subestación de policía fue incendiada, una tienda propiedad de un ciudadano chino saqueada, 4 jeeps de la policía quemados y 3 policías asesinados por manifestantes .
Lambert Mende, ministro de comunicación y medios, además de portavoz del gobierno, ha reaccionado estigmatizando la falta de identidad de las víctimas porque, según él, las cifras por sí solas no ayudan al gobierno a emprender ninguna investigación. Mende acusa a la CENCO de participar en una “Política de descrédito”.
Sin embargo, las violaciones citadas por la CENCO son bien conocidas. El 15 de noviembre, la policía arrestó a Binja Happy Yalala, una niña de 15 años, en una manifestación pacífica en Idjwi, en el este del país. La semana pasada, las Naciones Unidas y varios estados, incluidos Canadá y Suiza, instaron a las autoridades congoleñas a respetar las libertades fundamentales, tal como lo prevé la Constitución congoleña, incluida la libertad de reunión y manifestación.
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