Turín - “Educación, salud, discapacidad y reconstrucción. Este año hemos centrado todos nuestros esfuerzos en estos cuatro puntos fundamentales”, cuenta a Fides padre Antonio
Menegon, presidente de la ONG “Madian Orizzonti”, de religiosos camilianos de la provincia del Piamonte. “La discapacidad, sobre todo en los países pobres, sin estructuras ni recursos, es una de las prioridades de nuestra presencia. En concreto, en lo que respecta al aspecto de la discapacidad, -tanto en Georgia como en Haití-, estamos multiplicando los esfuerzos para poder responder siempre más y mejor a estos desafíos”, asegura el padre Menegon.
El misionero explica: “En Haití, el Foyer Bethléem ha triplicado su capacidad. De acoger a 30 niños hemos llegado a casi 100 pequeños discapacitados física o intelectualmente, desde los 0 a los 20 años . En Georgia, además del centro de Tbilisi , gestionamos un nuevo centro para discapacitados “Lasha” San Camilo, inaugurado el 21 de julio de 2012, que acoge a más de 150 chicos y es ambulatorio, el Redemptor Hominis, que ofrece cuidados y asistencia médica a 400 personas. En Khisabavra gestionamos una escuela infantil con una granja que produce leche y carne. En Shavshvebi la “Casa de la Abuela” asiste a menores refugiados de la guerra entre Georgia y Osetia del Sur. Actualmente se están abriendo otros centros en dos ciudades más: Akhalcikhe, en el sur de Georgia, con el Centro “Talita Kum”, gestionado en colaboración con la Orden de Malta-Berlín y las Hermanas de S.Nino, que alberga a 21 personas con distinta discapacidad; y el centro “Hijos de Dios”, en Arali, gestionado en colaboración con Cáritas Georgia y la parroquia San Giuseppe di Arali”.
“En cuanto a la formación del personal que se ocupa de los enfermos y los discapacitados y la educación de los niños, se va a inaugurar en estos días una nueva escuela en la ciudad de Jérémie, que fue destruida por el huracán Matthew en octubre de 2016 . El padre Massimo Miraglio, en Jérémie, y Maddalena Boschetti, en el norte de la isla, han ayudado y acompañado a muchas personas que lo han perdido todo. Han donado casas, tierras, semillas, aperos agrícolas, trabajo pero, sobre todo, confianza en sí mismos, en su futuro y en el de sus hijos. La vida para muchos que lo han perdido todo sigue hacia adelante gracias a su voluntad de reconstruir y reconstruirse, a su esperanza más fuerte que la desesperación y a su gran fuerza”, concluye el padre Menegon.
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