Seúl - “Como cristianos, es nuestro deber defender la vida humana. La enseñanza de la Iglesia Católica ha dejado claro que el embrión humano debe ser considerado como un ser humano y que nadie tiene el derecho, bajo ninguna circunstancia, para eliminar una vida frágil que aún no ha sido alumbrada”. Dice el cardenal Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo de Seúl, en el mensaje publicado para la Navidad de 2017 y enviado a la Agencia Fides.
El mensaje, titulado “Dios muestra su amor por nosotros , reflexiona sobre la reciente edición polémica que en los últimos días ha ocupado el debate público: La opinión pública se está confrontando sobre la conveniencia de abolir la ley anti-aborto. En este contexto, el cardenal hace hincapié en la importancia del “respeto a la vida humana”, citando la Encíclica Laudato Sí del Papa Francisco: “¿Cómo podemos realmente enseñar la importancia de acoger a los seres débiles que nos rodean, que a veces son molestos o inoportunos, si no se protege a un embrión humano aunque su llegada sea causa de molestias y dificultades?
El cardenal ha comenzado el mensaje saludando a todos los fieles coreanos, especialmente a los marginados, los enfermos y los “hermanos y hermanas del norte”. Y afirma: “Jesús viene a este mundo como un niño vulnerable. Pensemos acerca de cómo tratamos a los marginados y vulnerables que nos rodean. ¿Los tratamos como lo haríamos con Jesús?”.
Luego, el texto condena la guerra, el terrorismo y la violencia que aún se producen en todo el mundo y subraya los problemas sociales, incluida una desigualdad dolorosa, el colectivismo y varios tipos de discriminación. Estas situaciones trágicas, señala, todavía existen debido a la “prioridad dada al valor económico, en comparación con cualquier otra realidad”.
“Reflexionando sobre el humilde nacimiento de Jesús - continúa el Cardenal - siempre debemos recordarnos a nosotros mismos el mantener una mente humilde que respete la vida y simpatice con el dolor. Como cristianos, es nuestro deber defender la vida humana y cuidar a los ancianos que son pobres, inmigrantes que no tienen dónde ir, trabajadores que trabajan en lugares peligrosos, niños y mujeres que han sufrido violencia doméstica y jóvenes que han perdido la esperanza”.
A los líderes políticos, el Cardenal Yeom llama a “defender y preservar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda continua y exigente del bien común”, reiterando que “el respeto a la vida” es la base del bienestar de la sociedad.
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