Alito - Un proyecto de agro-business, con una escuela de formación profesional dedicada a los sectores de la agricultura y de la ganadería: esta es la iniciativa que ha querido poner en marcha el obispo local mons. Giuseppe Franzelli en Alito, diócesis de Lira, al Norte de Uganda, y que se está realizando con la ayuda de la Ong “Africamission cooperazione e sviluppo”, . Esta Ong lleva años trabajando en el país dando continuidad a la obra de sus fundadores, el misionero don Victorio Pastori y mons. Enrico Manfredini.
Hasta 1986, la estructura ahora utilizada para la formación profesional de los jóvenes, era una pequeña colonia de leprosos dirigida por las religiosas combonianas junto a médicos alemanes; pero ahora se ha reconvertido y alberga aulas, laboratorios y una cocina. La escuela gratuita de agro-busines, creada para la formación de jóvenes agricultores y ganaderos, se inauguró en octubre pasado y cada semestre durante tres años formará a unos 50 jóvenes de entre 18 y 25 años. “El objetivo – explica Piergiorgio Lappo a la Agencia Fides que en Alito está siguiendo el proyecto de la ONG - es ayudar a los jóvenes que tienen tierras cultivables pero que no pueden vivir de su trabajo debido a la baja productividad y dificultades en el acceso al mercado”.
En un país con una vocación predominantemente agrícola y en el que los jóvenes menores de 30 años representan más de la mitad de la población, proporcionar herramientas teóricas y técnicas necesarias para mejorar el cultivo del suelo y la cría de ganado representa una forma concreta de desarrollar el potencial humano y natural del territorio. “Los estudiantes de este semestre, el 40% chicas y el 60% chicos - continúa Lappo - son jóvenes de las zonas circunstantes que han dejado la escuela y que cultivan los campos familiares. Todas las mañanas vienen al centro para las lecciones teóricas en clase y luego poder poner las enseñanzas en práctica cultivando sus campos. Todo lo que aprenden de este curso lo ponen en práctica en su tierras familiares”. Los profesores son todos expertos en el lugar, la enseñanza es casi totalmente en el idioma local. Además de las asignaturas técnicas, también se imparten clases de inglés y educación cívica para garantizar una formación completa que pueda ayudar a los chicos a gestionar sus empresas familiares. Al final el semestre del curso, los jóvenes agricultores y ganaderos serán seguidos por un grupo de “facilitadores”, que los ayudarán en la planificación del trabajo y promoverán la creación de redes pequeñas para que puedan intercambiar experiencias y técnicas. “Las dificultades más comunes - concluye el referente en Uganda de Africamission - consisten en el hecho de que alrededor del 40% del producto, una vez recolectado, no llega a los mercados; es por eso que también les enseñamos cómo almacenar y mantener los frutos de los campos hasta la venta o al consumo familiar. El gobierno está ayudando, construyendo nuevas carreteras que facilitan a los vendedores y compradores llegar a las áreas donde se realiza el mercado”.
La agricultura en Uganda es uno de los elementos principales del PIB, pero el sector se ve afectado por la baja productividad. Según los últimos datos publicados por el Banco Mundial, factores internos y externos han frenado el crecimiento económico en los últimos cinco años, que en las décadas anteriores habían experimentado mayores tasas de producción.
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