Buenos Aires – Han regresado los "cacerolazos" en Argentina, esto es, las marchas de las protestas con las ollas en la mano para hacer más ruido. De hecho, ayer, grupos de manifestantes marcharon en diferentes partes de Buenos Aires y otras ciudades del país contra el proyecto de reforma de las pensiones patrocinado por el gobierno del presidente Mauricio Macri y rechazada por la oposición y varios sindicatos.
No se puede contar la cantidad de personas que participaron, tanto en las pequeñas calles del centro de la ciudad como en los muchos barrios afuera, incluso gente en los patios trasero de las casas unidos en el sonido de las ollas. Fue el final de un día que vió incluso violentos enfrentamientos entre manifestantes y la policía en la "plaza del Congreso", cerca del Parlamento, donde se está desarrollando una sesión centrada en la reforma de la seguridad social en la Cámara de Diputados. En el centro de la capital se pudieron ver escenas de guerrilla urbana con un triste resultado: 88 policías heridos y unos sesenta manifestantes detenidos.
Tal vez por primera vez en la historia de este país, donde no sólo los jóvenes, sino también casi todos los adultos poseen un teléfono inteligente conectado a Internet, sucedió que poco después de la medianoche, las protestas con cacerolas se volvieron más ruidosas, y numerosas, y esto se debe a que fueron organizadas a través de las redes sociales con el hashtag "cacerolazo" y "pobre Argentina".
Según la oposición, la reforma afectará las pensiones que involucran a unos 17 millones de personas, un hecho impugnado por el gobierno. En estos días, la reforma de pensiones, ya aprobada por el Senado y ahora en discusión en la Cámara de Diputados, es considerada por la "Casa Rosada" como una medida fundamental para una caída en el déficit fiscal.
La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina en una sesión extraordinaria motivada por este evento nacional envió este comunicado a la Agencia Fides, que hace público hoy con el título " La construcción de consensos es el único camino", que dice textualmente:
“No tenemos palabras para expresar el dolor y la tristeza que nos conmueven esta tarde después de lo vivido en ocasión del comienzo del tratamiento de la reforma previsional.
Ninguna forma de violencia puede aceptarse. Como pastores de este pueblo, una vez más pedimos el diálogo y la consiguiente construcción de consensos como el único camino para la convivencia en la amistad social así como para la aprobación de leyes importantes que afectan al conjunto de la población, especialmente a los más pobres y frágiles.
En estos momentos los argentinos esperamos gestos de grandeza y pacificación de parte de los hombres y mujeres públicos.
Pedimos a nuestra Madre de Luján que cercano el nacimiento de Jesús en la Navidad, nos ayude a reencontrarnos en las diferencias, a vernos y a tratarnos como hermanos.”
Apenas la semana pasada el Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica de Buenos Aires publicó datos alarmantes de la investigación que se realiza periódicamente en la sociedad argentina: los pobres son el 31,4% de la población y el 48,4%. % de niños menores de 14 años viven en familias pobres. En Argentina, un tercio de la población vive en condiciones de pobreza estructural. La desigualdad entre los diferentes sectores se puede ver en estos datos: el 10% de la población más pobre percibe el 2% de los ingresos totales, mientras que el 10% más rico percibe el 32%. Aún así, el 10% más rico gana en promedio entre 15 y 18 veces más del 10% más pobre.
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