Managua – “Existe la parálisis del miedo. Hay personas que están paralizadas por el miedo, incapaces de alzar la voz o de manifestar su indignación ante la injusticia y los abusos de las autoridades civiles y militares, privándose de ejercer sus derechos”, ha dicho Mons. Silvio José Báez ayer lunes durante la homilía al celebrar una misa por la paz y los derechos humanos de la nación.
El obispo auxiliar de Managua, criticó a los grupos de poder del país por producir una parálisis social y miedo en la sociedad, pero a la vez llamó la atención a la sociedad por mantenerse pasiva ante los atropellos de las autoridades civiles y militares. Los abusos y atropellos del poder logran imponer ideologías dominantes, agregó.
“Hoy vivimos lamentablemente en una sociedad interesada en producir paralíticos. Hay personas y grupos de poder comprometidos en mantener a las personas con parálisis mental, en donde la ideología dominante trata de evitar a toda costa que las personas piensen con libertad, se eduquen con excelencia, se informen con objetividad y disciernan con profundidad moral”, criticó duramente el obispo católico.
“Nos vamos acostumbrando a la horrenda y vergonzosa violencia física y moral contra las mujeres y los niños, los homicidios inexplicables, las detenciones arbitrarias, el espionaje y las amenazas, los procesos judiciales irregulares, la impunidad, el autoritarismo, la corrupción, la falta de acceso a la información pública, la frágil institucionalidad del país. Todo esto produce parálisis social. Cuando se atropellan los derechos fundamentales del hombre, la sociedad se va volviendo paralítica”, dijo Mons. Báez en su homilía en la parroquia San Francisco de Asís, en Managua.
El obispos auxiliar propuso hacia el final una salida a esta situación que vive el país, dijo que hay dos caminos: cargar sobre nuestros hombros a “esta sociedad paralítica o levantar nuestra voz para clamar justicia y para denunciar las raíces de tantos males”. La solución a la crisis política que vive el país no es la violencia pero recordó que “no hay soluciones simples a problemas complejos”.
Nicaragua atraviesa un momento difícil porque ante la crisis política, muchas personas no pueden reaccionar. La "parálisis del miedo" descrita por el Obispo Báez pinta muy bien lo que vive la población. Además de las relaciones presentadas de organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, en los últimos 4 años han aumentado las situaciones donde las autoridades no pueden pronunciarse con hechos sobre la defensa de los derechos humanos. El gobierno se proclama cristiano y solidario, pero a menudo viola todos los derechos humanos.
El Día de los Derechos Humanos, el domingo 10 de diciembre, se celebró en Nicaragua cuando se acababa de verificar la horrenda masacre del 12 de noviembre en La Cruz de Río Grande, en el que seis personas, incluidos dos menores, fueron masacrados por miembros del ejército. Un caso extremo, brutal, cruel, inaudito y escandaloso de violación de los derechos humanos. "Hay dos aspectos serios: primero el crimen, que clama al cielo, y luego el silencio, no solo del ejército, sino también de otras instituciones estatales que deberían ser las primeras en poder esclarecer el crimen. Esto genera preocupación en el país, porque significa que vivimos inseguros", dijo el vicario de Managua Mons. Fonseca .
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