ASIA/TURKMENISTAN - Navidad como en Greccio para la pequeña comunidad católica

Agenzia Fides Ashgabat - “Será una Navidad sencilla, marcada por la Eucaristía y por la representación viviente de la Natividad. De hecho, nuestros niños están preparando un pequeño espectáculo teatral para contar cómo San Francisco hizo el primer pesebre en Greccio”. Así lo explica a la Agencia Fides el p. Andrzej Madej, sacerdote polaco de los Oblatos de María Inmaculada y superior de la Missio sui iuris de Turkmenistán: “Nuestras celebraciones se concentran casi exclusivamente en la noche del 24. Aquí en Turkmenistán, los cristianos somos una minoría, por lo que el 25 de diciembre será una día de trabajo como cualquier otro”, explica.
La Santa Misa, a la que también asistirán diplomáticos católicos presentes en Turkmenistán, será precedida por “una cena muy solemne”. Después de haber avistado la primera estrella en el cielo, nos sentamos a la mesa con una vela encendida. Leeremos la Sagrada Escritura alternando con villancicos de Navidad. Luego compartiremos la comida e intercambiaremos los regalos”, dice el p. Madej.
Los últimos días de Adviento también representan un momento de proclamación del Evangelio. Los Oblatos de María Inmaculada se han unido en Ashgabat, con su hermano de comunidad, el Padre Diego, que se ocupará de la predicación y la confesión. Las decoraciones de Navidad también han sido diseñadas para anunciar el mensaje del Evangelio. De hecho, el Misionero Oblato explica: “Estamos construyendo un gran pesebre afuera, en frente de nuestra casa. Los personajes estarán hechos con luces de colores, para que los transeúntes puedan verlo bien”.
En la antigua república soviética de Asia Central, la Iglesia Católica renació en 1997, con la Missio sui iuris establecida por Juan Pablo II. Al principio, la presencia de los Oblatos solo se admitía en forma de representación de la Embajada del Vaticano: se reunían en casas particulares y la misa se celebraba en el territorio diplomático de la Nunciatura Apostólica de Ashgabat. En 2010, el gobierno turcomano reconoció oficialmente su presencia católica, pero esta medida solo ha dado parcialmente algunos de los resultados esperados. Hasta la fecha, Turkmenistán tiene más de 5 millones de habitantes, el 90% de musulmanes. La comunidad católica en el lugar, de acuerdo con el Padre Madej, está compuesta principalmente por personas de origen alemán y polaco: “En este país, representamos una comunidad muy pequeña. En Navidad, les pedimos a los católicos de otros países que nos recuerden en su oración y también a nuestra misión”, concluye.
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