Cox's Bazar – “Será muy difícil, si no imposible, el retorno de los refugiados rohingya desde Bangladesh al estado de Rakhine, en Myanmar. Hay demasiados intereses económicos en aquel territorio, tanto de India como de China. Parece que la economía y el dinero cuentan más que los seres humanos”. Así lo asegura a la Agencia Fides Alberto Quattrucci, de la Comunidad de Sant'Egidio, que se encuentra en Bangladesh para poner en marcha una intervención humanitaria a favor de los rohingyas. Para ello se ha desplazado hasta Cox's Bazar, una localidad fronteriza donde hay más de 600.000 refugiados de Myanmar.
“Las condiciones actuales son realmente dramáticas , -revela Quattrucci-, y aquí es, sin duda, donde hay que intervenir en primer lugar. Después está la incertidumbre sobre su futuro. La acogida en Bangladés, si bien ha sido positiva, parece que será temporal por lo que creo que es importante apoyarla y reforzarla”, asegura y añade, sobre la integración, que sería posible “teniendo en cuenta que comparten el mismo idioma”.
“Tengo la impresión de que lo que sucede con los rohingya puede ser para el pobre y fragmentado Bangladesh una oportunidad de desarrollo general para el país a nivel de estructuras locales. De hecho, se ha de considerar la gran ayuda económica internacional que está llegando del exterior”, apunta.
La emergencia humanitaria continua. “Por el momento parece necesario concentrarse en la ayuda de primera necesidad pero también es importante mirar al futuro, en concreto, el de los más de 300.000 niños que sobreviven en los campos de refugiados de la zona de Cox's Bazar. Sería importante pensar en un proyecto educativo, centros alimentarios y escuelas para la paz. Hace falta que se impliquen la Unión Europa y UNICEF”.
Sobre la situación de los rohingyas habló el presidente bangladesí, Abdul Hamid, durante su encuentro con el Papa Francisco en su segundo día de visita en el país: “Nuestro gobierno ha dado refugio a un millón de rohingyas que fueron obligados a dejar su antigua patria en el estado de Rakhine, en Myanmar. Miles de ellos, incluidas mujeres y niños, han sido brutalmente asesinados y las mujeres violadas”, y recordó el llamamiento del Papa “para socorrerlos y asegurar sus plenos derechos. Es necesario que la comunidad internacional actúe rápidamente”.
El Papa ha agradecido a Bangladesh “el espíritu de generosidad y solidaridad que caracteriza su sociedad” y que “se ha manifestado muy claramente en su impulso humanitario a favor de los refugiados”. “Ninguno de nosotros puede dejar de ser consciente del inmenso coste en términos de sufrimiento humano y condiciones precarias de vida de tantos de nuestros hermanos y hermanas, la mayoría de los cuales son mujeres y niños, hacinados en los campos de refugiados. Es necesario que la Comunidad Internacional active medidas eficaces de cara a esta grave crisis, no solo trabajando para resolver las cuestiones políticas que han conducido a la huida masiva de personas, sino ofreciendo también inmediata asistencia material a Bangladés en su esfuerzo por responder activamente a las emergencias humanas”.
Además, la Iglesia local ha anunciado que esta noche, 1 de diciembre, el Papa, en el patio del arzobispado de Daca, se reunirá con 18 refugiados rohingya, miembros de 3 familias que llegaron a Cox's Bazar, donde muchas ONG están trabajando para brindarles asistencia humanitaria.
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