Medellín (Agencia Fides) – En Colombia, aproximadamente el 70% de las mujeres sufren todo tipo de violencia ya sea debido a conflictos armados, en curso desde hace más de 30 años en el país, o por homicidio, abuso sexual, tortura, violación y privación de todo bien. Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Ong católica española Manos Unidas ha recogido varios testimonios de víctimas que escaparon de las FARC y de las fuerzas paramilitares y se trasladaron a Medellín, una ciudad conocida por la violencia de los narcotraficantes y pandillas de delincuentes juveniles, los llamados 'combos'. Algunas de las mujeres, víctimas de este conflicto sin fin, gracias a las Hermanas Franciscanas han entrado a formar parte del proyecto de la fundación “Esperanza y Vida”. El proyecto, al que se ha unido Manos Unidas, nació en 2002 para apoyar a las familias desplazadas de las zonas rurales y marginadas. Estas dependen en gran medida de los ingresos esporádicos que las mujeres cabeza de familia reciben de la industria textil, la principal de la zona. Otras viven de la venta de productos de diversa índole en las calles de la ciudad, aunque este “trabajo” por lo general les toca a los más pequeños de la casa, por lo que se ven obligados a abandonar sus estudios. Las Hermanas Franciscanas de Medellín pensaron que, en un entorno donde es tan predominante el sector textil, un laboratorio sería la mejor solución para aliviar la pobreza de muchas mujeres de los pueblos más marginados. De esta idea nació el primer laboratorio y otros más han surgido con los años como pequeños trabajos privados que hacen las mujeres en sus propios hogares. “Esperanza y Vida”, además de proporcionar formación para el buen funcionamiento de los laboratorios, proporciona apoyo psicosocial, un elemento indispensable para que las mujeres sean capaces de superar el trauma sufrido por la violencia y el conflicto (AP) (25/11/2013 Agencia Fides)
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