Trípoli (Agencia Fides) - “La presión popular para la pacificación social sin duda es una buena cosa, y yo confío en que de un momento a otro en Libia podría estallar la paz”, dice a la Agencia Fides Mons. Giovanni Innocenzo Martinelli, Vicario Apostólico de Trípoli , Libia.
Tanto en Trípoli como en Bengasi (capital de Cirenaica) se acentúa cada vez más la presión popular para que las diversas milicias que controlan las dos ciudades depongan las armas y permitan que las fuerzas de seguridad ejerzan su autoridad. El 15 de noviembre, una marcha de protesta cerca de la sede en Trípoli de la milicia de Misurata había sido interrumpida por un tiroteo que causó 46 muertos y más de 500 heridos. En señal de protesta los residentes de la ciudad salieron a las calles para demostrar su intolerancia por la presencia de grupos armados irregulares. En Bengasi tras los enfrentamientos de ayer entre el ejército y la milicia islamista que causó 9 muertes y 51 heridos, las autoridades ciudadanas han declarado tres días de desobediencia civil.
“En Trípoli se vive en tensión, pero la zona con más riesgo hasta el momento es Bengasi, donde se encuentra el Vicario Apostólico, Mons. Magro, con algunos colaboradores”, dice Mons. Martinelli. “Se trata de una presencia limitada, pero que nos permite continuar nuestro compromiso con la pequeña comunidad católica reducida, después de la salida de las órdenes religiosas femeninas, a las pocas enfermeras filipinas que continúan prestando sus valiosos servicios en los hospitales”.
“Vivimos momentos difíciles y dolorosos. Libia es un enigma, no siempre es posible entender cómo están las cosas, pero confío en que los libios serán capaces de encontrar la paz”, concluye Mons. Martinelli. (L.M.) (Agencia Fides 26/11/2013)
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