Tegucigalpa – Siguiendo la estela del reciente Sínodo de los Obispos y la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en enero en Panamá, los jóvenes han sido el tema central del encuentro de los obispos de América Central que este año se celebró en el Valle de Ángeles, en Honduras, del 26 al 30 de noviembre. En el mensaje final, recogido por la Agencia Fides, también se destacan otros temas de la agenda del trabajo como han sido la solidaridad con los obispos de Nicaragua, la emigración y el medio ambiente. Esta reunión anual, que se lleva a cabo desde hace 75 años en un país diferente, es una oportunidad para que los obispos de los países centroamericanos compartan experiencias pastorales sobre la realidad de Centroamérica.
El mensaje “para el pueblo de Dios y para todas las personas de buena voluntad” tiene como título el versículo bíblico: “Consolaos y edificaos los unos a otros como ya lo estáis haciendo” . Al referirse a los jóvenes, destaca que “son la mayoría de nuestra población y enfrentan desafíos como el impacto del cambio tecnológico en la comunicación, la migración forzada, la falta de oportunidades para el desarrollo personal, la imposición de la ideología de género y el desánimo y las consecuencias de la fuerte y generalizada corrupción en la sociedad”. Los obispos, por lo tanto, concluyen que para ellos “el futuro es incierto y genera debilidad, ansiedad, inseguridad y soledad”.
En la sociedad actual, donde “lo trascendente se diluye”, los obispos se comprometen a desarrollar las pautas del reciente Sínodo de los obispos: “escuchar, caminar y formar” a los jóvenes, como ellos mismos han pedido y cómo hizo Cristo Resucitado con los discípulos de Emaús. Invitan a los miles de jóvenes que han recibido el sacramento de la Confirmación, -que ha reforzado su vida como discípulos misioneros, como aquellos que han experimentado el encuentro con Cristo resucitado-, a que ellos mismos proclamen a Jesucristo entre otros jóvenes, especialmente entre los más alejados que nunca han oído hablar de Él.
La situación centroamericana también se caracteriza por dificultades e incertidumbres, las instituciones son débiles y la democracia debe fortalecerse, por lo que los obispos ven “la urgente necesidad de promover la formación política de los cristianos para que actúen de acuerdo con los valores del Evangelio para cambiar la realidad”.
Sobre la grave crisis experimentada por Nicaragua, los obispos centroamericanos declaran: “Mostramos nuestra solidaridad con los obispos de Nicaragua y con todos sus fieles. Nos unimos a los deseos de paz, justicia, libertad y diálogo sincero de este país hermano como un camino hacia la democratización. Rechazamos cualquier tipo de violencia contra los obispos y contra toda persona”.
Últimamente, la región centroamericana se ha visto afectada por una nueva forma de migración, “masiva y organizada”, -continúa el mensaje-, que ha puesto en evidencia las razones de una migración forzada y los peligros que conlleva para la dignidad de la persona. Los obispos agradecen la solidaridad expresada por tantas comunidades hacia los migrantes.
En la última parte del mensaje reflexionan sobre el cuidado del medio ambiente, reafirmando el derecho de cada persona al agua, condenan la explotación de los recursos naturales perpetrado por las empresas internacionales con el consentimiento de las autoridades locales y apoyan la iniciativa eclesial de crear la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas . La reciente canonización de monseñor Romero y la beatificación de los tres mártires de Guatemala “nos muestran el camino de una fe de discípulos comprometidos con la vida y la dignidad de las personas”, concluyen los obispos.
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