Niamey - “En Niamey, la capital del país, en cada celebración se pide por la liberación del padre Gigi, secuestrado hace tres meses. Es lo que pedimos todas las comunidades al final de cada misa y es algo que intensificaremos en Navidad hasta que el padre Gigi no sea liberado a menos que sea puesto en libertad en este tiempo. Si fuera así, sería una Navidad maravillosa. Nuestra esperanza por volverlo a ver no se apaga”. Así se expresa el padre Vito Girotto, sacerdote de la Sociedad para las Misiones Africanas en Níger, en un mensaje enviado a la Agencia Fides. “Tuve que abandonar la parroquia después del secuestro del padre Gigi Maccalli y me trasladé a Niamey”, cuenta.
“Sabemos que hay docenas de personas en secuestradas, especialmente mujeres y niños, y nos preguntamos qué beneficios pueden obtener los grupos armados y quién, desde lejos o desde cerca, los dirige. La situación es confusa, en parte porque hay muchas fuerzas militares armadas formadas por soldados africanos y occidentales, incluidos los italianos, que deberían intervenir para defender a la población de los ataques continuos. Estamos en medio de una “guerra por partes”, como asegura el Papa Francisco. Es una guerra que siembra el terror, el miedo y la muerte y donde uno no comprende bien qué fin persigue: ¿hacerse con un país o un área por sus riquezas?, ¿es una guerra santa en nombre de una religión?, ¿hay otros objetivos ocultos? Lo cierto es que los únicos que están pagando con su sangre son los más inocentes”, lamenta el misionero.
Reflexionando sobre las celebraciones de Navidad y su misión cerrada desde el secuestro, el padre Girotto observa: “En este clima es difícil imaginar cómo será la fiesta de Navidad en Makalondi o Diffa, un área en la frontera con Nigeria. A medianoche probablemente no habrá misa solemne en la parroquia. Los cristianos rezarán en las pequeñas capillas de sus aldeas o en los patios familiares. Estamos atravesando un momento de prueba, pero estamos seguros de que la oración y la fe de los cristianos se nutrirá gracias al anuncio de la Palabra de Dios y al testimonio de sus catequistas”.
“Viviré la próxima Navidad en Niamey. Sin duda será diferente con respecto a aquellas vividas en la parroquia de Makalondi en la misión. Ahora misma la zona vive una situación de gran inseguridad”. Girotto concluye: “Será una Navidad diferente, más sobria de lo esperado. En los últimos años vivimos las fiestas, desde Navidad hasta la Epifanía, con celebraciones, bailes y almuerzos comunitarios que congregaban a cristianos y musulmanes. Una Navidad tan sencilla como lo fue en el nacimiento del Señor en Belén, pero llena de esperanza, liberación y paz”.
Publicar un comentario