Kinshasa - Las elecciones del 23 de diciembre en la República Democrática del Congo están en peligro después que el 13 de diciembre fueran destruidas unas 8.000 máquinas de votación electrónica en un incendio en el almacén donde se encontraban, en Kinshasa. Los equipos estaban destinados a ser usados en los colegios electorales de los 19 municipios de la capital congoleña.
El grave episodio, cuya naturaleza —accidental o intencionada— sigue siendo objeto de investigación, no es el único obstáculo para la votación del 23 de diciembre, a la que están llamados 40 millones de congoleños para elegir al jefe de Estado, 500 miembros del Parlamento nacional y 715 diputados regionales repartidos en 26 asambleas locales.
Además de la incumplida entrega de las máquinas de votación electrónica, hay retrasos en la distribución de las actas electorales, que se imprimen en Sudáfrica y que todavía no han llegado a la República Democrática del Congo. Una vez en el país, estos materiales deberán ser enviados a 75.563 colegios electorales, 21.699 centros electorales y 179 centros locales para la recolección de los resultados en todo el territorio de la RDC, cuya extensión es de 2.345.410 km2. Todo esto sin contar que, el territorio es muy pobre en infraestructura vial, hasta el punto de que la Comisión Electoral Nacional Independiente tiene que depender de aviones y helicópteros de las fuerzas armadas congoleñas y de los proporcionados por la ONU.
El voto del 23 de diciembre es esperado con impaciencia por la población, toda vez que no fueron celebradas las elecciones programadas para el 20 de diciembre de 2016, fecha de expiración del segundo y último mandato del presidente Joseph Kabila. La Iglesia se ha comprometido a crear las condiciones para ir a votar, en particular con el acuerdo firmado el 31 de diciembre de 2016 que permitía la creación de un gobierno provisional que conduciría a la RDC a votar.
Recientemente la Conferencia Episcopal Nacional Congoleña expresó su preocupación por los graves retrasos en la organización de la votación , mientras que algunos obispos reiteraron que la Iglesia no apoya a ningún candidato en las elecciones presidenciales. En este sentido, mons. Willy Ngumbi Ngengele, obispo de Kindu, en una conferencia de prensa el 14 de diciembre, dijo: "Como obispos no proponemos ningún candidato. Que los cristianos hagan su elección, en libertad de espíritu y de conciencia… Las elecciones no son un fin en sí mismas. Son una herramienta para tener una alternancia democrática para lograr el cambio".
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