Luanda (Agencia Fides) –Angola es un país de contradicciones exasperantes. Los niños mueren porque no tienen medicinas. En muchas comunidades no hay escuelas, ni mosquiteras, ni baños. Las únicas fuentes de agua potable son arroyos que están a horas de distancia a pie. En las calles del país se ven niños esqueléticos, todo piel y huesos, desnutridos y con la piel escamada y el cabello débil. Pero al mismo tiempo, Angola es el segundo país productor de petróleo del continente, rico en diamantes y donde viven muchos multimillonarios, pero también niños que mueren de hambre y de malaria. De hecho, Angola es el primer país en el mundo donde existe la tasa de muerte infantil más alta en menores de 5 años de edad, mueren exactamente uno de cada seis. A causa de la desnutrición más de un cuarto de los niños angoleños tienen raquitismo o retraso en el desarrollo. La vida de una mujer embarazada de cada 35 está en riesgo durante el parto, y sólo entre el 40 y el 50 por ciento de la población tiene acceso a los servicios de salud. (AP) (24/3/2015 Agencia Fides)
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