Faytrun - El “método” utilizado por Cristo para atraer hacia sí a los hombres y mujeres de todos los tiempos es el que siempre utilizó en sus encuentros con los primeros apóstoles: “Venid y lo veréis” . Estas mismas palabras de invitación de Jesús centran el primer Encuentro Internacional de la Juventud de la Iglesia sirio-católica que en estos días está teniendo lugar en el Líbano, en Faytrun, en el monasterio de Nuestra Señora de la Luz, con la participación de 450 jóvenes sirio-católicos, de 18 a 35 años de edad, procedentes de 18 países.
El encuentro, - según el patriarca del sirio católico Ignace Youssif III Younan -, fue pensado como una oportunidad para jóvenes sirio-católicos de todo el mundo de compartir la esperanza “de una renovación de la comunidad cristiana en el Espíritu Santo”, y también para revivir el “rico patrimonio, lengua y civilización siríacos” a los niños y niñas en las comunidades de la diáspora no se sienten tan unidos porque corren el riesgo de terminar perdiendo los lazos con la cultura y el origen de sus tradiciones familiares.
El programa de los días del encuentro, - que comenzó el 17 de julio y finalizará el domingo 22 de julio-, incluye celebraciones litúrgicas, testimonios espirituales, momentos de ocio y excursiones como la que tendrá lugar al santuario de Nuestra Señora del Líbano en Harissa.
El éxodo de los cristianos de Oriente Medio afecta sobre todo a las generaciones más jóvenes, las más involucradas en los procesos migratorios que están reduciendo la presencia numérica de muchas comunidades cristianas en Oriente Medio. En algunos países, como Siria, los jóvenes se ven obligados a emigrar para evitar tener que cumplir con un largo, agotador y peligroso servicio militar.
La Iglesia católica se está preparando para el próximo sínodo, dedicado a los jóvenes, que se celebrará en el Vaticano del 3 al 28 de octubre de 2018 con el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. En ese contexto, la urgencia de las Iglesias de Oriente Medio sobre la cuestión juvenil también ha sido objeto de reflexión del patriarca caldeo Louis Raphael Sako, al que Francisco designó como presidente delegado de la próxima Asamblea sinodal, junto con el cardenal Désiré Tsarahazana, Toamasina al Cardenal Charles Maung Bo, Arzobispo de Yangon y al Cardenal John Ribat, Arzobispo de Port Moresby .
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