Managua – Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua decidieron solicitar por escrito al Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, si se quiere que sean aún los mediadores y testigos del diálogo nacional. Según lo ha confirmado una fuente de Fides, Mons Carlos Herrera, Obispo de Jinotega dijo: "Se decidió enviar una carta para que seamos correctos, y saber si realmente quiere que continuemos como mediadores y testigos", dijo el obispo. Los obispos se reunieron el pasado lunes, 23 de julio , para decidir las acciones a tomar después de haber sido acusados públicamente por el presidente Ortega de ser "golpistas", durante las celebraciones del 19 de julio .
Ayer tuvo lugar una segunda reunión de Obispos, para analizar la terrible situación que vive el país 100 días después del inicio de esta sangrienta etapa que dejó más de 350 muertos. "Se decidió en la reunión de enviar una carta tan pronto sea posible. Y en función de la respuesta, se considerará si se debe continuar e incluso se decidirá de convocar el diálogo", dijo Mons. Herrera. El Obispo de Jinotega subrayó: "Todo lo que hemos hecho es para ser testigos del diálogo, en estos días sabremos si vamos a seguir", concluyó, señalando que el próximo lunes, 30 de julio la CEN se reunirá en Managua.
Mientras tanto, la tensión continúa creciendo, tanto interna como internacionalmente. Dentro del país, el lunes 23, se realizó una Marcha de los autoconvocados, donde por primera vez desde que comenzó la crisis, todos los estudiantes que se habían escondido después de ser amenazados y perseguidos salieron a la calle. Hubo muchos estudiantes de secundaria y de liceo, muchos estudiantes universitarios, muchos abrazos y gritos entre los jóvenes que, después de las primeras reuniones frente a la UNAM donde todo comenzó, no se habían reunido otra vez porque estaban escondidos o detenidos en algún cuartel. Esta vez, sin embargo, hubieron muchos más, para que sus voces se escucharan en todo el país y en todo el mundo. "Somos estudiantes, no delincuentes": con este lema invadieron las calles antes de ser dispersados por la policía con métodos violentos. A partir de esta marcha, la población y la prensa comprendieron que esta vez, como estaba escrito en uno de los grandes carteles, "no retrocedemos".
Internacionalmente, hay dos eventos para informar. El primero se refiere a la muerte violenta de una joven brasileña, Raynéya Gabrielle Lima, una estudiante de medicina de 31 años de Nicaragua, aparentemente asesinada por paramilitares. En Brasil, el canciller brasileño, Aloysio Nunes, convocó al embajador de Nicaragua, Luís Cláudio Villafañe, para informarle de la decepción de su gobierno e instar a que se investigue a los responsables. El segundo evento es la entrevista ofrecida por el propio presidente Ortega a FOX TV de los Estados Unidos, donde afirma que "no pasó nada en Nicaragua hace una semana". El ejército paramilitar que ha reprimido a la población desarmada en la sangre solo ha respondido "a las fuerzas políticas" de la oposición, no hay "un sacerdote que pueda decir que fue atacado por el gobierno", ni "nadie jamás" murió en ninguna iglesia.
Ayer, jueves 26 de julio, el mismo Vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, respondió a estas declaraciones, que acusaron a Ortega. "En Nicaragua, el gobierno del presidente Ortega prácticamente combate una guerra contra la Iglesia Católica", dijo Pence durante una ceremonia en el Departamento de Estado que organiza una cumbre sobre la libertad religiosa con la participación de más de 80 representantes de gobiernos de todo el mundo . Luego, el Vicepresidente de los Estados Unidos hizo el mismo comentario en su cuenta de Twitter.
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