Montevideo - El 25 de julio en Montevideo comenzó oficialmente la causa de canonización del doctor Salvador García Pintos, médico, diputado, profesor, periodista, director de instituciones católicas de la sociedad civil, además de casado y padre de siete hijos. Nacido en Montevideo en 1871, murió en La Floresta en 1956. El acto de inauguración del tribunal diocesano, presidido por el cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, se llevó a cabo en el arzobispado con la presencia de numerosos descendientes del Siervo de Dios. Algunos de ellos son los promotores de la causa a través de una asociación creada para este fin.
El promotor, Gerardo García Pintos, leyó extractos de la carta en la que pide a la archidiócesis la apertura del proceso: “desde su muerte, la vida de Salvador García Pintos fue un ejemplo, no solo para su numerosa descendencia, sino también para las 2.273 personas que se han adherido a esta petición de presentación de la causa. Su página en Facebook, creada hace menos de un año, ya ha sido visitada por unas 50.000 personas. Cada vez más nos llegan noticias de personas que hablan de su intercesión y hay casos escritos que dan testimonio de su santidad”.
El cardenal Sturla describe al médico como “un puntal en la defensa de la vida humana desde su concepción”, en alusión a su papel como parte de la oposición parlamentaria a la legalización del aborto en los años 30, - que gracias a su trabajo volvió a ser considerado delito-, y que lo hará formar parte del grupo de “otros políticos candidatos a los altares”, como Alcide de Gasperi, Robert Schuman o Giorgio la Pira Marta. Uno de las hijas del médico, que aún le sobreviven, habló emocionada: “el Papa define las bienaventuranzas como “el documento de identidad de los cristianos”. Yo he visto cómo mi padre las vivía y cómo practicaba el amor al prójimo descrito en el capítulo 25 del evangelio de San Matero”. El tribunal trabajará ahora para recoger testimonios y pruebas documentales que demuestren la práctica de las virtudes de forma heroica por parte del candidato.
Al final de la fase diocesana, que puede durar varios años, se enviará un extenso informe con la documentación pertinente al Vaticano donde continuará el proceso que, si tiene culmina con éxito, supondrá la declaración de “venerable” de García Pintos. Será necesario confirmar un milagro por su intercesión para ser declarado beato y, posteriormente, un segundo para su declaración como santidad. La causa del uruguayo García Pintos se une a las de sus compatriotas Consuelo y Dolores Aguiar Mella, beatas mártires de la guerra civil española; Jacinto Vera, primer obispo venerable del país; de los servidores de Dios Walter Chango e Isidro Alonso ; y de la beata fundadora de las Hermanas Capuchinas, Francesca Rubatto y fallecida en Montevideo.
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