Tokio - Caritas de Japón, órgano de la Conferencia Episcopal de Japón, ha pedido voluntarios dispuestos a trabajar en el programa de socorro y de reconstrucción puesto en marcha después de las abundantes inundaciones registradas, hace dos semanas, en el oeste de Japón. La situación se ha agravado por la ola de calor que ha hecho aumentar las temperaturas considerablemente en toda la nación.
“Los centros de voluntariado de Shakyo fueron abiertos en muchos municipios. Las diócesis más afectadas de Hiroshima y Takamatsu piden a las personas que se unan a las tareas del voluntariado. Es necesario, sobre todo, remover barro y escombros, lo que ha sido particularmente difícil debido a las temperaturas insólitas de estos días", dijo Aine Ono, miembro de Caritas Japón, a la Agencia Fides.
Las zonas afectadas por el desastre también sufrido una ola de calor prolongada justo cuando los supervivientes comenzaban las labores de limpieza; después de que las lluvias torrenciales causaran deslizamientos de tierra e inundaciones, dejando 222 víctimas fatales a principios de julio. El intenso calor ha sido el mayor reto en las acciones de rescate y recuperación: Las temperaturas han superado los 39 grados centígrados en las zonas del interior. En los distritos de las prefecturas de Okayama, Hiroshima y Ehime más afectados por las inundaciones, el termómetro marca 36 grados. Más de 2.061 personas han sido atendidas en los hospitales a causa del calor.
En la diócesis de Hiroshima la información cada parroquia recoge información sobre la situación y el personal diocesano coordina con los responsables locales organizados por la prefectura de Okayama. La diócesis ha preparado un centro para recibir a los nuevos voluntarios, al tiempo que Cáritas Japón ha iniciado una recaudación de fondos en el país para sostener las actividades dirigidas por la diócesis, afirma Ono.
En la diócesis de Hiroshima las acciones tienen lugar en tres zonas: Hiroshima/Kure, Onomichi/ Fukuyama y Kayama/Kurashiki. También la diócesis de Takamatsu alienta a los jóvenes a participar en el trabajo de los voluntarios realizados por Shakyo. "Básicamente apoyamos las actividades de las diócesis afectadas y ahora estamos estudiando cómo fortalecer aún más las actividades de apoyo," explica Ono.
El Ministerio de Sanidad estima que 103.400 familias en el occidente del país no tienen agua y luchan contra las altas temperaturas. Las agencias gubernamentales instan a quienes tienen aires acondicionados dañados a trasladarse a lugares dotados de equipos de climatización. Según la Agencia para la gestión de los incendios y de los desastres, 4.500 personas permanecen en los centros de evacuación, donde el acceso al agua sigue siendo limitado.
Las operaciones de búsqueda y de rescate se están llevando a cabo con la ayuda de 81 helicópteros y de 26.000 miembros de distintos cuerpos . Solo en las prefecturas de Ehime y Okayama, 3.600 voluntarios han trabajado para remover arena, lodo y escombros mientras que las temperaturas subían. En las áreas donde el suministro de agua continúa interrumpido, los municipios alertan sobre el riesgo de incendios y las terribles consecuencias en vista de que los hidrantes no funcionan. Hasta la fecha, los daños a las maquinarias y a la agricultura se calculan en 48 millones de yenes . Sin embargo, el Gobierno continúa haciendo el balance, por lo que las pérdidas pudieran ser mucho mayores.
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