Managua – El fin de semana vió mucha sangre derramada en la zona de Carazo, con un número indeterminado de muertos, 9, o tal vez más, como resultado de la represión del gobierno cada vez más violenta contra la población que continúa su protesta. Especialmente grave es el episodio que ha visto a los paramilitares entrar con violencia en la basílica de San Sebastián, en la ciudad de Diriamba, a 40 km de la capital, donde con mucha violencia han destruido los ornamentos sagrados y físicamente han agredido a los obispos, a los sacerdotes y a las personas que se habían refugiado, incluidos los periodistas que realizaban su trabajo.
"Fuimos atacados con una fuerza brutal," informó al cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua y Presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, que junto con el obispo auxiliar. Silvio Báez, y el Nuncio Apostólico, Mons. Waldemar Stanislaw Sommertag, estaban en la basílica . Habían llegado ayer a Diriamba llamados por sacerdotes locales, para defender a un grupo de enfermeras y franciscanos que se habían refugiado en la iglesia desde que fueron consideradas culpables de haber tratado de curar a los heridos . La basílica estaba rodeada por unos 200 paramilitares encapuchados, así como policías fuertemente armados, algunos con rostros cubiertos.
Según fuentes de Fides, cuando la delegación católica llegó a la iglesia, acompañada por representantes de la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos , los agentes uniformados se han ido, así los hombres enmascarados actuaron sin problemas para asaltar y profanar el lugar sagrado.
"Hemos visto la acción dura, fuerte y brutal en contra de nuestros sacerdotes. Nunca hemos visto nada como esto en Nicaragua y es muy triste", dijo a la prensa el cardenal. Brenes después de la oración en la Catedral de Managua luego de regresar de Diriamba. "Con la violencia entramos en un camino sin salida, los problemas se resuelven con la razón y el diálogo", escribió Mons. Báez, que la agresión fue herido en el brazo derecho.
Esta agresión a los obispos tiene lugar en el contexto de la crisis socio-política que empeora cada vez más. El pasado sábado, 7 de julio el Presidente Ortega ha manifestado públicamente su decisión de no renunciar al cargo, como es requerido por los obispos que están mediando para salir de la grave situación: "Aquí las reglas las pone la Constitución de la República. No pueden venir a cambiarlas de la noche a la mañana simplemente porque se les ocurrió a un grupo de golpistas", dijo, expresando también palabras amenazantes hacia los Obispos. Los seguidores de Fides informan que Ortega ha ordenado una acción enérgica para poner fin a las protestas antes del 19 de julio, fecha del 39.mo aniversario del triunfo de la revolución sandinista.
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