Baalbek - El monasterio de San Marón, un lugar muy querido por los cristianos maronitas, ha vuelto a abrir para las celebraciones litúrgicas, las prácticas devocionales y las peregrinaciones, después de siglos de abandono. El martes 31 de julio, el día de la fiesta de los estudiantes de San Marón, en la cueva-monasterio se celebró una liturgia eucarística presidida por Hanna Rahmé OLM, obispo maronita de Baalbek- Deir el Ahmar. Algunos políticos y un representante de la Orden maronita libanesa también participaron en la misa.
Situado en el noreste del Líbano, no lejos de la frontera con Siria y las fuentes del río Oronte, el monasterio forma parte del tesoro de recuerdos y lugares relacionados con la aventura cristiana de San Marón, que vivió entre los siglos IV y V, y está considerado el padre de la congregación monástica espiritual que dio lugar a la Iglesia maronita. Ya en el siglo V esas mismas cuevas fueron ocupadas por los primeros estudiantes de San Marón. La reapertura del lugar a la liturgia y la devoción es vista por muchos cristianos con gratitud. La noticia de un lugar tan querido por los cristianos, sacado del olvido y del abandono, -también debido a las disputas judiciales en torno a la propiedad de la zona en la que se encuentra el monasterio-cueva-, es toda una alegría. “Logramos recuperar este convento, después del problema vivido en los años treinta del siglo pasado que se refería a esta zona en la que se encuentra, - dijo el obispo Hanna durante la homilía -, y ahora queremos compartirlo como un lugar sagrado, con nuestros hermanos cristianos y musulmanes. Tal vez, el primer patriarca maronita fue elegido aquí. Y quien viene aquí siente la presencia de Dios”. El obispo de Baalbek, según informaron fuentes locales a la Agencia Fides, también anunció que todos los días se celebrará al menos una misa en el monasterio.
Los nuevos accesos al lugar marcan el punto y final de un largo tiempo de abandono. Después de que los monjes se fueran en la época otomana había estado relegado al olvido y la degradación durante siglos. A partir de la década de 1930 fue el objeto de la discordia entre la diócesis maronita de Baalbek-Deir el Ahmar y algunas familias musulmanas locales influyentes que acusaron a la diócesis de haberse apropiado del área del monasterio, ya que en 1923 se vieron obligados a abandonar el área y trasladarse a Siria bajo el mandato francés. Más recientemente, otra disputa enfrentó a la diócesis de Baalbek-Deir el Ahmar y al ministerio libanés de recursos hídricos y energía. Se resolvió cuando el gobierno acordó con la diócesis la posibilidad de comenzar la reestructuración del monasterio y reabrir sus cuevas.
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