Dhaka – "Los refugiados Rohingya desean vivir una vida digna. Estas personas han sufrido una limpieza étnica. Es urgente hacer que los gobiernos de Bangladesh y Myanmar lleguen a un acuerdo, para garantizar a estas personas una vida digna y próspera, pero no veo una voluntad sincera para resolver esta tragedia humana en un futuro cercano", dijo a Fides monseñor Gervas Rozario, obispo de la diócesis de Rajshahi, Bangladesh.
A más de un año del desplazamiento masivo de más de 700.000 refugiados musulmanes Rohingya de Myanmar en Bangladesh, los líderes militares de Myanmar podrían ser investigados y juzgados por genocidio, como resultado de los actos cometidos en las provincias birmanas de Rakhine , Kachin y Shan. Esta es la información de un reporte elaborado por una comisión independiente nombrada por el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU. El documento emplea el término "genocidio" para referirse a un plan sistemático para destruir una comunidad, siguiendo la lógica de "deportación y exterminio." El informe, que será presentado oficialmente en Ginebra el 18 de septiembre, solicita a la Corte Penal Internacional , en La Haya, que procese al jefe del ejército birmano, el general Min Aung Hlaing, así como a otros cinco altos oficiales militares. También se denuncia la complicidad del gobierno birmano, culpable de dejar que la operación militar fuera realizada y completada.
Desde hace un año diversas agencias internacionales católicas como Caritas International, Catholic Relief Services y Cafod apoyan y ayudan a los refugiados que se han asentado en Bangladesh, dándoles comida, agua, tiendas de campaña y educación a los niños. "Estamos trabajando con las comunidades de los Rohingya que están en Cox Bazar, para prepararlos para la temporada de monzón ya en curso. Sin embargo, después de un año, nos preguntamos: ¿Quién se hará cargo de estas personas y quién financiará la asistencia humanitaria si la crisis se extiende a un segundo o tercer año? De hecho, no se vislumbra ninguna solución política. Aunque tras las conversaciones bilaterales los gobiernos de Myanmar y Bangladesh terminan ratificando ‘los esfuerzos para encontrar una solución’, son solamente declaraciones de intenciones, sin ningún plan concreto", advierte el obispo Rozario.
El pasado mes de enero, Myanmar y Bangladesh acordaron completar la repatriación voluntaria de los refugiados dentro de dos años. No obstante, muchos comentaristas y observadores internacionales dudan sobre la posibilidad real de implementar este plan.
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