El Cairo – Las autoridades egipcias de la región de Wadi Natrun han llevado a cabo más de 400 interrogatorios como parte de la investigación del homicidio del obispo copto-ortodoxo Epiphanius asesinado al amanecer del domingo 29 de julio en el monasterio de San Macario, del que era abad. Además de los monjes, los investigadores también convocaron a trabajadores, agricultores y personas de confianza que habitualmente frecuentan el monasterio. Pero hasta ahora, -aseguran las fuentes oficiales de la Iglesia copto-ortodoxa consultadas por la Agencia Fides-, no se investiga a ninguna persona como responsable del terrible asesinato de Anba Epiphanios.
El domingo 5 de agosto el Patriarca copto ortodoxo Tawadros II decretó la expulsión del ahora ex monje Isaiah el Makary, que tuvo que abandonar su condición monástica y el nombre que había tomado como religioso. El monje fue conminado a “arrepentirse” por la salvación de su alma, al mismo tiempo que el Patriarca instó a mantener la pureza de la vida monástica. Sin embargo, las medidas impuestas contra el monje, -aclara el padre Boulos Halim, portavoz de la Iglesia copta-, no tienen relación con la muerte de Anba Epiphanios, sino que son el resultado de un proceso de disciplina canónica que ya se inició a principios de 2018 y cuya primera medida punitiva fue la suspensión por tres años de la vida monástica, revocada después de que los hermanos del monje firmaran una petición en su defensa.
Las rigurosas medidas contra Isaiah al Makary son parte del replanteamiento sobre la vida monástica que comenzó hace tiempo dentro de la Iglesia copto-ortodoxa y que se ha acelerado tras el asesinato del obispo Epiphanios. El viernes 3 de agosto la Comisión para los monasterios del Santo Sínodo copto-ortodoxo estableció 12 reglas, ratificadas por el Patriarca Tawadros II, a las que tendrán que someterse todos aquellos que viven en el estado monástico dentro de la Iglesia copto-ortodoxa. Las medidas apuntan a preservar la vida monástica aislada del mundo y marcada por momentos de oración, trabajo y silencio. Por ello, a los monjes y a las monjas se les pidió cerrar sus cuentas personales y blogs en redes sociales, herramientas utilizadas principalmente para difundir “ideas confusas” y alimentar personalismos, según esta Comisión. El Papa Tawadros ratificó también la orden de suspender por un año la aceptación de nuevos candidatos a la vida monástica y un control más riguroso del acceso a las visitas de peregrinos a los monasterios. Entre las 12 medidas disciplinarias figura además la prohibición para los monjes y las monjas de recibir donaciones de los fieles, que solo podrán ser recogidas por el abad o la abadesa del monasterio.
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