Morelia – El cuerpo sin vida del padre Miguel Gerardo Flores Hernández, de 49 años de edad, de los Misioneros de la Sagrada Familia , fue encontrado el sábado, 25 de agosto en un terreno baldío en la ciudad de Nueva Italia, en el municipio de Múgica, estado de Michoacán. Según la información recogida por la Agencia Fides, el sacerdote estaba desaparecido desde el 18 de agosto y tres días después, el 21 de agosto, fue presentada la denuncia ante las autoridades.
En el encuentro habitual de los domingos, el obispo auxiliar de Morelia, mons. Herculano Medina Garfias, le declaró a los reporteros que el asesinato del sacerdote, probablemente, fue para robarle su camioneta, –que hasta ahora no ha sido encontrada- y no una acción del crimen organizado. Mientras las investigaciones continúan, después de invitar tanto a los fieles como a los sacerdotes a ser prudentes, para no ser víctimas de asaltos, robos, amenazas o extorsión; el obispo reiteró que "la posición de las Iglesias sigue siendo la de llamar a la reconciliación y al perdón".
El comunicado de prensa de la arquidiócesis de Morelia, el arzobispo, los obispos auxiliares y el presbiterio de la arquidiócesis expresan sus condolencias: "Que Nuestra Señora de la Salud, interceda por nuestro hermano clérigo, conceda el consuelo de la fe a su madre, hermanos, amigos y a toda la comunidad de Misioneros de la Sagrada Familia. Seguimos orando para que termine la grave situación de violencia en nuestras ciudades, y para que ella nos ayude a imitar a su hijo, quien nos invita a vivir en su paz".
El padre Miguel era originario de Sombrerete, Zacatecas. En el 2007 fue ordenado sacerdote y, actualmente, era vicario parroquial en la parroquia de Santa Catarina de Alejandria en Jucutacato y colaboraba en el "Centro Nazaret" para la formación familiar, donde se ocupaba de parejas, de niños abandonados y de jóvenes. La gente lo quería mucho por su trabajo incansable en pro de los otros.
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