Juba - “En Juba no se ha dado ningún ambiente festivo porque el sufrimiento causado por la guerra civil es inmenso” dicen fuentes locales de Fides desde la capital de Sudán del Sur, donde ayer, 26 de agosto el Presidente Salva Kiir, firmó el acuerdo de paz para poner fin a los dos años de guerra civil que han asolado el país.
“La guerra ha causado decenas de miles de víctimas, atrocidades inmensas y destrucción. Incluso aquellos que no han sufrido las consecuencias directas de la guerra porque viven en zonas donde no se combatía, ha sufrido el colapso de la economía causada por el conflicto. Las condiciones de vida han empeorado para todos excepto para una pequeña minoría de políticos y funcionarios de alto nivel. Por lo tanto, no existe ningún incentivo para celebrar el acuerdo firmado por la persona que ha arrojado al país en esta situación”, explican las fuentes de Fides.
El acuerdo de paz ha sido patrocinado por los miembros de la IGAD y prevé, entre otras cosas, un reparto del poder entre los dos contendientes que se han enfrentado en el conflicto, el presidente Kiir y el ex vicepresidente Riek Machar.
“Se trata de un acuerdo de paz polémico porque el Presidente ha firmado expresando lo que él mismo ha definido como “serias reservas”, haciendo que se añadan unos puntos que establecen nuevas condiciones”, subrayan nuestras fuentes.
“Salva Kiir ha decidido firmar pero ha sufrido una fuerte presión de algunos miembros de su propio gobierno y del ejército, para que no lo hiciese. La persona, que más ha luchado contra el acuerdo es el comandante del ejército, que se ha opuesto hasta el último minuto a la firma. Por eso ayer en Juba la tensión era muy fuerte”, dicen nuestras fuentes.
“Persiste la preocupación de que las diferencias en las fuerzas armadas pueden hacer fracasar el acuerdo. Esperamos que esto no suceda” concluyen.
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