Hassaké (Agencia Fides) – A primera hora de ayer, lunes 23 de febrero, más de 40 furgones con milicianos yihadistas del Estado Islámico (Is) a bordo han atacado varias aldeas cristianas asirias de las orillas del río Khabur, en la provincia siria de Jiazira. Decenas de cristianos asirios han sido tomados como rehenes por los yihadistas, mientras las iglesias de algunas aldeas han sido quemadas o dañadas. Lo ha confirmado a la Agencia Fides Jacques Behnan Hindo, Arzobispo siro-católico de Hassaké-Nisibi. “Los terroristas – refiere el Arzobispo – primero han atacado la aldea de Tel Tamar, luego Tel Shamiran y todas las demás más pequeñas, hasta Tel Hermuz, donde han dado fuego a todo. Tanto en Tel Hormuz como Tel Shamiran han tomado decenas de rehenes, tal vez con la intención de usarlos para pedir rescate o intercambio de prisioneros. Ayer por la tarde, a las 21,30, las milicias curdas nos dijeron que habían logrado retomar el control en Tel Hormuz, con la ayuda de los batallones formados por cristianos sirios. Pero todavía no hemos recibido la confirmación de estos hechos”.
Según el Arzobispo Hindo, la ofensiva de los yihadistas ha sacado a la luz las responsabilidades y los comportamientos deplorables de diversos sujetos: “Quiero decir abiertamente – señala el Arzobispo – que tenemos la sensación de haber sido abandonados a las manos de aquellos del Daesh (sigla árabe con el que se conoce a los milicianos del Is). Ayer los bombarderos americanos sobrevolaron la zona varias veces, pero sin intervenir. Hay unas cien familias asirias que han encontrado refugio en Hassaké, pero aún no han recibido ayuda ni de la Media Luna Roja ni de los organismos de asistencia del gobierno sirio, tal vez porque son cristianos. Incluso la agencia de la ONU para los refugiados no se ha dejado ver”.
A lo largo de las orillas del río Khabur, afluente del Éufrates, había más de 30 aldeas cristianas, fundadas en los años treinta del siglo pasado, donde se habían refugiado los cristianos asirios y caldeos que huyeron de Iraq y de las matanzas perpetradas entonces por el ejército iraquí. Eran pueblos prósperos, cada uno habitado por miles de personas, con iglesias y comunidades muy activas, que también tenían escuelas e iniciativas sociales. Pero desde el comienzo de la guerra se habían ido vaciando y algunos de ellos parecía pueblos fantasma. Tel Ormuz antes de la guerra tenía más de 4.000 habitantes, que en los últimos meses se había reducido a menos de trescientos. (GV) (Agencia Fides 24/2/2015).
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