Zamboanga City (Agencia Fides) – Aprender de las experiencias dolorosas y de los errores, para construir un futuro de reconciliación: son las palabras del misionero del Pime, el p. Sebastiano D'Ambra, fundador del movimiento para el diálogo “Silsilah”, que vive en el sur de Filipinas, al dar su opinión sobre la situación en Mindanao, unos días después del incidente de Mamasapano, donde el 25 de enero, en un tiroteo murieron 44 militares, 18 guerrilleros y tres civiles.
En una nota enviada a la Agencia Fides, el p. D'Ambra señala: “¿Por qué los grupos revolucionarios como el Moro National Liberation Front y el Moro Islamic Liberation Front permiten que grupos o individuos terroristas tengan espacio y ofrezcan protección en sus áreas? ¿Por qué están divididos si todos los musulmanes tienen el mismo objetivo?”. Y volviendo al pasado: “¿Por qué el asedio en Zamboanga? ¿Por qué Abu Sayyaf sigue presente en diferentes áreas?”.
Según el misionero, “las principales razones son factores internos, como formas de injusticia y corrupción sin resolver, y factores externos como el radicalismo religioso y las estrategias geopolíticas que hacen que el proceso de paz en Mindanao sea más difícil”.
En esta situación, algunos están listos para añadir más problemas al tratar de desestabilizar el gobierno, de dividir a los grupos rebeldes, de cubrir la corrupción con otras formas de corrupción, de intimidar a las personas que desean vivir en paz en Mindanao.
El movimiento “Silsilah” ofrece sugerencias para volver a la senda de la paz: en primer lugar apoyar al gobierno y sus esfuerzos de conciliación; luego se tiene que “empezar a reconocer los errores y encontrar soluciones adecuadas en un espíritu de humildad y reconciliación”, en particular “por parte de quienes tienen el poder de decidir el futuro de la paz en Mindanao y entre los principales grupos islámicos”.
“Todavía hay un largo camino por recorrer para construir un diálogo sincero y de auténtica reconciliación”, dice el p. D'Ambra condenado “una cierta ideología de paz, que pretende conseguirla con la violencia”, y proponiendo en cambio el camino del “diálogo como el camino a la paz”, que es la experiencia del movimiento islámico-cristiano “Silsilah”. (PA) (Agencia Fides 19/2/2015)
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