Islamabad (Agencia Fides) – “En el 2014 se ha registrado en Pakistán un aumento de la intolerancia y de la discriminación por motivos religiosos y étnicos, con la complicidad o la falta de adopción de medidas para combatirla por parte de las autoridades”: lo afirma el nuevo Informe 2014-2015 de Amnesty International sobre la situación de los derechos humanos en el mundo. “En Pakistán – señala el texto enviado a Fides – las leyes sobre la blasfemia han continuado a vincularse a la violencia de los vigilantes. La policía ha sido advertida de algunas agresiones inminentes a personas sospechosas de blasfemia peor no ha tomado medidas adecuadas para protegerlas. Algunos musulmanes chiítas han sido asesinados en ataques de grupos armados; como también los ahmadíes y cristianos han sido blanco de ataques”.
En Asia y el Pacífico, a pesar de algunos avances positivos, “la tendencia general ha sido regresiva debido a la impunidad, continua el trato desigual y la violencia contra las mujeres, la tortura y el uso de la pena de muerte, la represión de la libertad de expresión y de reunión, la presión sobre la sociedad civil y las amenazas contra defensores de derechos humanos”, afirma Amnesty.
“Varios países de la región han continuado a aplicar la pena de muerte. En diciembre, un ataque guiado por los talibanes pakistaníes contra la escuela militar pública de Peshawar ha provocado 149 muertes, entre las cuales 134 eran niños: el atentado terrorista más letal en la historia de Pakistán. Por toda respuesta, el gobierno ha revocado la moratoria y ha ejecutado rápidamente las condenas a muerte de siete hombres, ya condenados por otros delitos relacionados con el terrorismo. Más de 500 personas están en riesgo de ser condenadas a muerte”, señala el informe, diciendo que “los ataques por motivos políticos contra periodistas han sufrido un aumento preocupante. En Pakistán, al menos ocho periodistas han sido asesinados como resultado directo de su trabajo, convirtiendo al país en uno de los más peligrosos del mundo para los que realizan esta profesión”. En el país, concluye el comunicado de Amnesty, continúa “la práctica de los matrimonios forzados de menores de edad, los llamados crímenes de honor, la violencia contra las mujeres” (PA) (Agencia Fides 25/2/2015)
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