Kinshasa (Agencia Fides) - Una sofisticada red de apoyo, tanto a nivel material, de financiación como de reclutamiento, permite desde hace años la supervivencia a uno de los grupos guerrilleros que actúan en Kivu del Norte, este de la República Democrática del Congo (RDC): la ADF (Allied Democratic Forces). Así lo afirma un informe reciente de un grupo de expertos de la ONU que ha investigado sobre los grupos armados que actúan en la zona.
El documento, enviado a la Agencia Fides por la Red Paz para el Congo, afirma que si bien el ADF ha sufrido varias derrotas después de la ofensiva lanzada por el ejército congoleño en 2014, casi la totalidad de sus jefes todavía están vivos. Su líder, Jamil Mukulu, sancionado por la ONU, desapareció en abril con otros veinte oficiales.
El ADF disponía de redes para la reclutación, el apoyo y la financiación muy bien organizadas,que le han permitido sobrevivir y reagruparse después de las operaciones militares de 2005 y 2010. Estas redes, cuyos miembros son agentes de la ADF, se extienden desde el este de la República Democrática del Congo hasta Uganda, Ruanda e Inglaterra. El ADF tiene una extensa red de reclutamiento en Uganda y la República Democrática del Congo, cuyos agentes pueden, mediante la persuasión, el engaño o falsas promesas, convencer a ciertos de individuos para que se adhieran voluntariamente al grupo armado. A pesar de las operaciones militares contra el ADF, la red de reclutamiento ha continuado activa también en 2014.
El grupo armado esta formado principalmente de ugandeses y congoleños (segunda nacionalidad más representada en el grupo). Hay también algunos kenianos, ruandeses, burundeses y tanzanos.
El ADF tienen una red de apoyo financiero que incluye fuentes locales e internacionales de fondos. Para su financiación, el ADF también se ha beneficiado de la transferencia de fondos internacionales. Este grupo es responsable de varias violaciones de los derechos humanos, incluido las conversiones forzosas al Islam.
El informe de la ONU señala también que los diferentes grupos armados en el este del país se financian en gran medida con el saqueo de los inmensos recursos naturales locales (con la casiterita, la madera, el oro o el coltán) que luego venden en los mercados internacionales con la ayuda de redes de traficantes internacionales que transitan por los países vecinos.
De este modo, las guerrillas congoleñas son interlocutores de actores internacionales, públicos y privados, y no sólo un fenómeno local debido a conflictos de tipo étnico o tribal. (L.M.) (Agencia Fides 12/2/2015)
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