Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Ha llegado el momento, ha sonado la hora para esta Iglesia local de reavivar el entusiasmo por la evangelización. Profundizar la fe de aquellos que ya están bautizados y compartirla con aquellos que se han alejado de la Iglesia, esta es la urgencia pastoral que corresponde a vuestra comunidad eclesial diocesana”. Es lo que dijo el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Cardenal Filoni Fernado, a la comunidad católica de la isla de Guadalupe, la última parada de su visita pastoral en las Antillas, donde celebró la Santa Misa en la fiesta San Francisco Javier, patrón de las misiones, en la tarde del martes 3 de diciembre.
En la Catedral de la Diócesis de Basse-Terre y Pointe-à-Pitre, donde estaban reunidos los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, el cardenal señaló que San Francisco Javier “es sin duda, con la excepción de Pablo, el misionero más grande en la historia de la Iglesia”. Desde 1541, cuando salió de Lisboa para nunca volver a verla, “pasó cada momento de su vida al servicio del Evangelio”. El Prefecto de la Congregación continuó: “En su ascensión al Padre, el Señor dio a sus discípulos la gran misión de evangelizar a todo el mundo... Y San Francisco Javier nos ayuda a ver más claramente lo que un hombre con un corazón misionero puede lograr. En sólo 11 años logró evangelizar Goa, la parte sur de la India, Indonesia y Japón”.
En su homilía, el cardenal recordó que “la evangelización de la isla de Guadalupe comenzó en 1635. Hoy en día el 84% de la población es católica, con una Iglesia local bien establecida y las tradiciones cristianas que han impregnado la vida. Sin embargo, la tarea misionera está lejos de ser completa. De hecho, una Iglesia local bien establecida está siempre en peligro de perder su celo misionero inicial, es decir, el impulso de la propagación de la fe”.
Así que el Prefecto de la Congregación quiso remarcar la exhortación del Papa Francisco en la reciente Jornada Mundial de las Misiones a difundir por todo el mundo la luz de la fe y ser testigos de Jesucristo, e instó a la comunidad local diciendo: “Es tiempo para animar las nuevas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada e invitar a los laicos a participar activamente en los diversos ámbitos de la vida pastoral de la diócesis, como la catequesis y las obras de caridad. Es también el momento de alentar nuevas vocaciones misioneras entre los sacerdotes, religiosos y laicos, para ayudar a la Iglesia universal a evangelizar las regiones del mundo que tienen una gran necesidad del Evangelio” (SL) (Agencia Fides 4/12/2013)
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