Bangui (Agencia Fides) - La situación en la República Centroafricana sigue siendo extremadamente precaria, a pesar de la intervención de las tropas francesas y de la Unión Africana, en particular en la capital, Bangui.
El Ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, que está de visita a los militares que participan en la operación “sangaris” (como se denomina la intervención francesa en Centroáfrica), ha dicho que el país corre el riesgo de hundirse en la anarquía.
En Bangui, que cuenta con un millón de habitantes, 110.000 personas han sido desplazadas, mientras que se multiplican los actos de agresión y venganza con un trasfondo religioso. Los rebeldes Seleka que derrocaron en marzo al ex presidente François Bozizé, y que son en su mayoría musulmanes, han sido responsables de numerosos actos de violencia contra la población, en especial contra los cristianos. Los grupos de autodefensa, llamados “anti-Balaka” (que significa anti machete) formados principalmente por cristianos, a su vez, cometen represalias no sólo contra Seleka sino también contra civiles musulmanes, considerados cercanos a los rebeldes.
Para tratar de romper la espiral de odio, los líderes religiosos cristianos y musulmanes han adoptado una serie de iniciativas. El 11 de diciembre, en el distrito PK13 de Bangui, se celebró un encuentro de reconciliación entre las comunidades musulmana y cristiana en presencia de un centenar de personas. El mismo día, los líderes religiosos cristianos y musulmanes hicieron otro gesto simbólico: la distribución de alimentos a 10.000 personas desplazadas de la capital (L.M.) (Agencia Fides 13/12/2013)
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